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10 diciembre 2020
Posteado en : Entrevista
Diego Herrero de Egaña, nos ofrece esta entrevista en la que nos relata cómo ha sido su paso por Turquía para coordinar del proyecto Twinning de formación de productores pesqueros financiado por la Unión Europea y gestionado por la FIIAPP
¿Cómo ha sido tu adaptación al país?
Llegué a Turquía en abril de 2019, la adaptación fue relativamente sencilla pues es un país con grandes similitudes con España, desde el clima hasta la amabilidad y hospitalidad de los turcos. Todo nos resulta muy familiar. Turquía es un país muy fácil para vivir donde a los españoles no nos hace falta una gran adaptación.
¿Qué ha sido lo que más te ha costado y lo que menos?
Lo que más cuesta, en mi caso, es la separación familiar, pero exceptuando esa situación insisto en que Turquía es un país fácil para nosotros y no es complicado habituarse a vivir aquí.
Lo que menos cuesta es que se trata de un gran país, muy bonito, con muchísima cultura grecolatina, europea, en definitiva, y unido al recibimiento que te ofrecen en todo el país y la cortesía de su gente hace que visitar Turquía y conocerla sea un lujo para cualquiera.
¿Es tu primera experiencia fuera de España? Si no es así, ¿está siendo muy diferente a las anteriores?
No es mi primera experiencia fuera de España pues más de la mitad de mi vida laboral ha sido, por desgracia, fuera. Influye mucho el destino a la hora de hacer comparaciones, pero también las circunstancias personales y eso sí se nota mucho a la hora de comparar.
El principal problema que puede tener Turquía para un español es la distancia porque en todo lo demás uno se encuentra como en casa. La verdad es que es muy diferente a otras experiencias, pero más que nada porque es un país muy fácil para vivir y en otros lugares donde he vivido no era tan evidente.
Y después hay un factor que ha cambiado todo que es la existencia del SARS COV 2 que nos ha afectado, en todas partes, a nuestro modo de vida y que sí tiene una gran influencia en el lado laboral, en cuanto al desarrollo del proyecto, y en el personal, pues el hecho de no acudir a diario al ministerio afecta a la regularidad de las relaciones.
¿Cómo es tu trabajo y tu día a día? ¿Es muy diferente a la rutina que llevabas en España?
Con la llegada del virus todo ha cambiado en todas partes y ahora veo muy lejano mi modo de vida anterior que era muy simple y sencillo pues consistía, básicamente, en acudir al Ministerio de Agricultura y organizar las actividades y acciones previstas en el proyecto, en colaboración con el ministerio turco.
Por las circunstancias especiales de este proyecto relacionado con los productores de pesca tengo que desplazarme a menudo y viajar mucho por la costa del país y eso no lo hacía en España. En cambio, en este proyecto hemos realizado actividades recorriendo toda la costa turca en diversas etapas manteniendo dos encuentros diarios en lugares diferentes a lo largo de una semana. Es como realizar una gira de un grupo musical haciendo miles de kilómetros en un microbús y con el tiempo muy ajustado.
¿Cómo es tu relación con el equipo FIIAPP en Madrid? ¿Y con tus compañeros en Turquía?
La verdad es que tengo la fortuna de poder decir que muy buena. He trabajado con unos técnicos muy profesionales y con una larga experiencia y en un proyecto complicado de por sí, unido a la COVID19, es muy de agradecer. Además, creo que también mantengo buena relación con los demás técnicos y equipo de FIIAPP.
¿Cómo valoras tu experiencia de trabajar como expatriado de la FIIAPP?
Muy positivamente. Creo que trabajar fuera de tu país y con personas de otra cultura es siempre un reto, pero es a la vez muy enriquecedor.
Por otro lado, tras otras experiencias, también llegas a comprender que con todos los puntos fuertes que tiene un proyecto de estas características no dejas de ser un ser extraño en otra administración. Además, pides muchas cosas y eso, lógicamente, crea tensiones y tienes que llegar a saber administrarlas.
¿Alguna experiencia o anécdota que resaltar de tu llegada/adaptación al país?
Anécdotas siempre hay muchas en todas partes porque, al llegar a vivir a otro país casi todo te llama la atención. Desde el punto de vista general, algo que sí llama mucho la atención en Ankara es la honradez de la gente. Es inconcebible que un taxista te engañe o el hecho de olvidarte el teléfono o la cartera en una cafetería es muy llamativo pues te lo guardarán y devolverán sin haberlo tocado.
En cuanto al mundo laboral, y en referencia a la administración, llama mucho la atención la disposición de las sillas en los despachos pues primero están distribuidas para acoger a mucha gente, y, además, no miran de frente al interlocutor sino de lado.
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09 julio 2020
Posteado en : Opinión
Javier Ocón ha sido experto de la FIIAPP en varios proyectos vitivinícolas en Rumanía. Hoy nos habla de su relación con sus homólogos rumanos y su último viaje al país al que tanto ha dado y del que tanto ha recibido
Me piden desde el departamento de comunicación de la FIIAPP que escriba unas líneas sobre mis impresiones en el último viaje a Rumania para ver a los compañeros con los que trabajé en los proyectos de twinning financiados por la Unión Europea, que hicimos con el Gobierno de La Rioja entre 2002 y 2007. Lo cierto es que siempre me ha resultado fácil contar cosas y difícil escribirlas; pero esta vez me resultara especialmente difícil porque no tengo que contar cosas, tengo que poner en palabras sentimientos.
Después de 13 años de acabar los proyectos sigo en contacto con todos ellos, y no represento una excepción, nos pasa a todos los que participamos en los proyectos de hermanamiento. Los proyectos acabaron, pero nos quedan los amigos, los recuerdos y sobre todo nos queda la sensación de que seguimos y siguen ahí.
Si me dijesen como se define a un amigo diría que un amigo es aquel con el que tras un tiempo sin hablar y sin verte, el día que te encuentras con él sigues hablando como si te hubieses visto el día de antes. Esta idea, que la tenía hace muchos años, se ha visto modificada a raíz de mi experiencia en Rumania y ahora lo expreso con las palabras de otro amigo, compañero y en algún momento mi “JEFE” que dirigió el primer proyecto que hicimos en 2002, Enrique García-Escudero. Con los amigos/compañeros del proyecto en Rumania nos hemos estado, durante 13 años, despidiendo efusivamente porque ya no nos íbamos a volver a juntar y antes de 6 meses habíamos encontrado un motivo (o era una excusa, no estoy seguro) para volver a juntarnos y realizar, nuevamente, una actividad juntos.
En resumen, las relaciones humanas que se crearon con estos proyectos han sido uno de los placeres que nos han motivado para trabajar, y tengo que decir que, para trabajar duro, muy duro, pero no hay nada que se haga difícil o duro si lo haces a gusto, “sarna con gusto no pica”.
Pero hay que aclarar que además en estos proyectos, en concreto en el sector vitivinícola rumano, nos hemos llevado la alegría de ver como un sector se modernizaba, adaptándose a las normas de la Unión Europea y con un éxito total. Cómo han usado la entrada en el mercado común para adaptar sus estructuras productivas y modernizar su sector hasta niveles que son realmente increíbles, el aprovechamiento de las oportunidades que se les presentaron con la entrada en la Unión Europea para mejorar la estructura productiva y ver como los beneficios de esto, se trasladaban a los empleados y a la población de las zonas rurales donde se asientan las bodegas. El viñedo es uno de los cultivos que por su necesidad de mano de obra fija, lleva más población a las zonas rurales, y esto supone una alegría y un orgullo porque, como buenos humanos, rápidamente pensamos que algo de esto lo hemos hecho (o al menos hemos ayudado a hacerlo) nosotros y nuestros compañeros rumanos.
Y cuando hablo o escribo como ahora es el caso, de los compañeros rumanos hay que hacer constar que es solo son una parte del todo, porque este escrito no estaría completo sin nombrar las relaciones que hemos desarrollado entre el equipo de españoles que nos desplazábamos a Rumania. Si alguien piensa que era lógico que siendo ya compañeros y amigos fortaleciésemos las relaciones personales, no se puede imaginar hasta qué punto lo hemos desarrollado y eso que el trabajo nos hacía muchas veces poner a prueba nuestra amistad, porque no siempre coincidían los intereses de cada uno, todos queríamos que los recursos fuesen a nuestra parte del proyecto, todos considerábamos que nuestra parte era la más importante y a la que había que dar prioridad hasta que… Llegado el momento del descanso, nos juntábamos para contarnos cómo nos había ido el día, cuáles habían sido nuestros problemas y sobre todo para disfrutar de nuestra compañía mutua.
Por todo esto ya serian buenos los proyectos, pero aún han tenido otro factor más y no menos importante, aunque no tan evidente, el aprendizaje de los que nos suponíamos expertos, cuando nos enfrentábamos a un nuevo reto teníamos que repasar uno por uno todos los principios que regían nuestro trabajo y viéndolo desde fuera era el momento ideal para ver como hacíamos las cosas y descubrir las oportunidades de mejorar nuestro trabajo.
Resumiendo: 5 años de proyectos, 13 años relacionándonos sin proyectos, muchas llamadas, muchos correos, muchos viajes y 700 palabras en este escrito. Mañana volvería a empezar.
José Javier Ocón Berango
Experto en Registro de Viñedo de la Consejería de Agricultura de La Rioja en los proyectos de hermanamiento en Rumania.
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23 enero 2020
Posteado en : Entrevista
Manuel Larrotcha, embajador de España en Rumanía y Moldavia desde finales de 2018, nos recibe en la sede de la Embajada de España en Bucarest
¿Podría hacernos una fotografía breve de la Rumanía del año 2020?
Rumanía es un país poco conocido en Europa occidental, es un país que institucionalmente tiene una arquitectura parecida a la francesa, un sistema semipresidencialista. Es un país que tiene una situación geográfica clave e interesante desde el punto vista geoestratégico, ribereño con el mar Negro, donde ocurren cosas, alguna tan llamativa como la ocupación rusa de Crimea.
Además, Rumania representa también los confines actuales en oriente de la Unión Europea y es importante ver las cosas desde este extremo del territorio europeo.
Háblanos de su situación social.
La situación social es una situación estable, la sociedad rumana es una sociedad tradicional, más tradicional que la española, sin duda ninguna. Aquí, fenómenos que nosotros consideramos parte de nuestra vida cotidiana, como el matrimonio homosexual, todavía no están legislados. Pero además de su carácter tradicional, desde el punto de vista social, lo que llama la atención de Rumanía es el carácter abierto y amistoso con el que reciben a los extranjeros, es un pueblo muy hospitalario.
El talón de Aquiles, en este sentido, yo creo que es la población; se han ido cinco millones de rumana y rumanos en los últimos diez años. Se empezó a producir un éxodo y desgraciadamente se van los más jóvenes y los más preparados que son los que con más facilidad encuentran trabajos bien remunerados en Europa occidental. De esos cinco millones, uno aterrizó en España. Y ahí hay un cuello de botella porque la economía de este país necesita mano de obra y esa pérdida permanente de población no ayuda a conseguirla.
¿Y su economía?
En el nivel de renta todavía andan por detrás de la media europea y, en consecuencia, están todavía en ese proceso de acercarse a la media comunitaria. Pero es un país que tiene recursos naturales, tiene gas, tiene petróleo, tiene una agricultura muy potente. Y tiene industria: esos coches que se llaman Dacia y que se venden en España y en toda Europa están hechos aquí en Rumania y tienen muchísima industria auxiliar.
Es un país que ofrece muchas posibilidades y constituye un mercado muy interesante, hay muchas posibilidades de actuación para el ámbito de las infraestructuras: carreteras, autopistas, vías férreas, líneas de alta velocidad, prácticamente está todo por hacer.
¿Por qué cree que la relación entre España y Rumanía es tan estrecha, más allá de que seamos socios de la Unión Europea o de la OTAN?
Esa esa esa vinculación viene ya de antiguo: la pertenencia común al imperio romano, la pertenencia común a la latinidad, la proximidad de ambas lenguas, etc.
Durante la época de Franco no tuvimos relaciones diplomáticas con este país y, cuando en el setenta y cinco se restablecen relaciones diplomáticas, empiezan a descubrirse es unos mercados muy interesantes para las empresas españolas. Y luego evidentemente cuando Rumanía entra en la Unión Europea, se produce un movimiento de población importante de rumanas y rumanos que van a España. Por tanto, los lazos son humanos, son económicos o sociales, son históricos y son culturales. Hacen que la relación sea muy completa, no solamente muy intensa sino también muy completa.
¿Qué papel tiene Rumanía en el seno de la Unión Europea?
Rumanía fue uno de los últimos países en ingresar en la UE junto a Bulgaria y a Rumanía le preocupa enormemente que no se agrande la brecha que existe dentro de la UE entre Europa occidental y Europa oriental; y eso se consigue con el mantenimiento o con el incremento de los recursos financieros dedicados a políticas sociales (que incluyen la política de cohesión) y a la Política Agrícola Común. Ciertamente, Rumanía necesita apoyo, necesita solidaridad y necesita cohesión dentro de la Unión y el resto de los países socios tienen también una obligación de solidaridad. Nosotros, los españoles, lo vimos en los años ochenta y noventa, España cambió de forma extraordinaria gracias a la generosidad y a la solidaridad que recibimos de nuestros socios europeos.
¿Qué papel jugó la cooperación en la adhesión de Rumanía a la UE?
La cooperación al desarrollo, entendida en sentido clásico del término, no tuvo nada que ver. Si hablamos de cooperación como asistencia técnica y hablamos de proyectos como los como los hermanamientos o twinning, Rumanía se benefició desde mucho antes de 2007. Este país, después de la dictadura de Ceaucescu, estaba triturado desde todos los puntos de vista, incluido el administrativo; no tenía capacidad administrativa para gestionar prácticamente nada. Eso hizo que, durante todo el periodo de preadhesión, desde Bruselas se viera la necesidad de dotar a Rumanía de capacidades, el llamado capacity building, y ahí una de las mejores herramientas eran las asistencias técnicas.
Rumanía poco a poco fue generando grupos de funcionarios públicos con capacidad para gestionar, primero para elaborar proyectos, luego para gestionarlos adecuadamente y, en tercer lugar, para rendir cuentas de cómo se habían gestionado los flujos financieros que se habían asignado a esos proyectos. En ese sentido, Bruselas hizo un esfuerzo grande en Rumanía con los proyectos twinning, en los que la FIIAPP siempre fue muy activa.
Aún así, creo que todavía Rumanía tiene recorrido en este ámbito, hay mucho por hacer, por ejemplo, en el ámbito de las infraestructuras: hay pocas autopistas en relación con la extensión territorial y con la población.
¿Por tanto, considera que han sido positivos los Twinning?
Yo creo que sí, el que no siembra nunca recoge absolutamente nada. Y yo creo que generan riqueza, no sólo económica sino también humana y social.
Yo estuve muy cerca de un proyecto Twinning en Turquía y puedo asegurar que hay cientos de gendarmes en Turquía que hacen su trabajo diario mejor de lo que lo harían si no hubieran contado con ese tipo de proyectos de la UE en los que FIIAPP ha sido y es brazo ejecutor.
Además, había trabajado con FIIAPP anteriormente.
Yo he trabajado tres años con FIIAPP en el ámbito del Proceso de Rabat, un proceso en el que España tuvo un papel muy destacado; de hecho, nuestro país siempre está presente en el comité de pilotaje de ese proceso. En este sentido, entre los años 2009, 2010, 2011 y 2012 conseguimos que Bruselas dedicara fondos a ese asunto, que la Comisión Europea se implicara en esas rutas migratorias del Atlántico noroccidental. Mi experiencia fue buena, organizábamos muchísimas reuniones, en Bruselas, en Uagadugu y otras veces en Madrid y trabajé mucho con personal FIIAPP.
Y durante esos años, aprecié la facilidad con la que FIIAPP interactuaba con la Administración. Y las directrices que tenía FIIAPP estaban en sintonía con las de las autoridades de la política española en ese momento en materia migratoria y eso hacía que esta interfaz entre FIIAPP y Administración fuera relativamente fácil y siempre muy positiva.
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16 enero 2020
Posteado en : Entrevista
''A pesar de que nos dieron muchas recomendaciones, cuando llegas a Turquía para vivir es como venir de nuevas''
Ángel Vicente López Muriel, coordinador del proyecto Twinning ‘Mejor gestión de terroristas y delincuentes peligrosos en las cárceles y prevención de la radicalización‘, que se desarrolla en Turquía, nos cuenta cómo está siendo su experiencia como expatriado de la FIIAPP, su adaptación a Turquía y su rutina diaria en el país.
¿Qué ha sido lo que más te ha costado y lo que menos?
Lo que más me ha costado ha sido sacarme el carnet de residencia. Que si esta documentación, que si la otra, que este despacho, que el otro. Y finalmente te das cuenta de que es un país de influencias.
Lo que menos, pasear por las calles de Ankara. Tienes una sensación de seguridad importante. Puedes dejar tranquilamente la cartera o el móvil encima de la mesa y cuando regresas siguen ahí y eso no se percibe en muchas ciudades españolas.
¿Es tu primera experiencia fuera de España?; ¿Está siendo muy diferente a las anteriores?
He estado viviendo en Francia durante muchos años. Turquía es más parecida a España en el carácter de sus gentes que Francia. Sin embargo, las ciudades españolas se parecen más a las francesas. Pienso que a Turquía le queda un poco para estar al nivel de Europa, por supuesto en lo que a las grandes ciudades se refiere.
¿Cómo es tu trabajo y tu día a día?; ¿Es muy diferente a la rutina que llevabas en España?
El trabajo de oficina es parecido en cuanto al trabajo administrativo con la diferencia que aquí todo se focaliza sobre el proyecto y que siempre tenemos sobre nuestra cabeza los límites temporales. Y otra diferencia importante es que tenemos que gestionar las relaciones con los beneficiarios (con lo que a costumbre se refiere e idiomas) y luego además las de los beneficiarios con los expertos y los participantes en el proyecto.
¿Cómo es la relación con los compañeros y con la FIIAPP?
Pues a pesar de que antes de salir para Turquía, nos dieron muchas instrucciones y recomendaciones, cuando llegas a Turquía para vivir es como venir de nuevas. Nada prácticamente es igual a lo hablado, pues siempre hay un último cambio en cualquier gestión que trastoca el proceso, por ejemplo, la gestión de los teléfonos en la que tenemos que pagar tasas, la del permiso de residencia, etc.
En cuanto a la gestión del proyecto, existe alguna problemática que debería ser gestionada por la FIIAPP directamente con Bruselas ya que la CFCU que se encarga de la gestión administrativa del proyecto pone muchos impedimentos y aplica el manual de hermanamiento con su propio criterio.
La relación con los demás RTA es inmejorable, compartimos problemas que entre todos procuramos gestionar y solucionar.
¿Cómo valoras tu experiencia de trabajar como expatriado de la FIIAPP?
En coherencia con lo dicho anteriormente, FIIAPP nos aporta el apoyo logístico muy importante para la marcha del proyecto. Sin embargo, la gestión de problemas que planteamos, que con una llamada a los responsables de la EU podría solucionarse, no se lleva a cabo.
¿Alguna experiencia o anécdota que resaltar de tu llegada/adaptación al país?
La anécdota es cuando vas a cortarte el pelo por primera vez. Si eres una persona muy exigente con el corte de pelo tendrás que armarte de paciencia y elegir adecuadamente la peluquería. La primera vez que me corté el pelo, cuando salí no me quedó más remedio que taparme con la capucha.
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05 septiembre 2019
Posteado en : Entrevista
"Los turcos son muy acogedores y cuando saben que soy española aún más"
Araceli Vázquez, coordinadora del proyecto Twinning ‘sobre métodos avanzados en laboratorios forenses’ en Turquía, nos cuenta cómo ha sido su adaptación a este país y cómo está siendo su experiencia tanto personal como profesional.
¿Cuánto tiempo llevas en Turquía? ¿Cómo ha sido tu adaptación al país?
Llevo 3 meses, me incorporé justo al empezar la Semana Santa, ya que al ser un país musulmán para ellos no era época vacacional. Mi adaptación al país ha sido muy buena, aunque el principio es siempre “incómodo” porque hay que lidiar con muchos trámites y Turquía tiene una burocracia compleja.
¿Qué ha sido lo que más te ha costado y lo que menos?
Me ha costado el primer mes y medio estar sin mis hijos, que esperamos a que acabaran el curso en España para incorporarse conmigo a esta aventura. El pequeño tiene 2 años y medio y la verdad es que me costó separarme de él. Ahora que ya estamos todos aquí, ¡prueba superada!. También cuesta un poco adaptarse a vivir con una barrera idiomática, no mucha gente habla inglés y a veces es complicado entenderse, pero con voluntad y ganas se va superando.
En cambio, me ha costado poco hacerme con el país, los turcos son muy acogedores y cuando saben que soy española aún más. Les encanta el fútbol y nuestros equipos los conocen mejor que yo. También el grupo de españoles que están aquí, el personal de la embajada y otros RTAs hacen que enseguida nos sintamos integrados. La comida turca es excelente, lo que me hace estar un poco alerta porque en el Twinning anterior el RTA se volvió con 12 kilos de más a su país.
¿Es tu primera experiencia fuera de España? Si no es así, ¿está siendo muy diferente a las anteriores?
Hace ya unos cuantos años estuve viviendo dos años en Los Ángeles, como estudiante postdoctoral en UCLA. Fue una etapa maravillosa y por esta razón tenía ganas de repetir la vida de expatriado. Son diferentes experiencias porque también se trata de dos momentos vitales muy distintos, en EEUU hacía vida de estudiante en cambio ahora tengo mucha más responsabilidad en el trabajo y también dos niños que hacen que no pueda bajar la guardia en ningún momento.
¿Cómo es tu trabajo y tu día a día? ¿Es muy diferente a la rutina que llevabas en España?
En España trabajo de facultativa en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Mi trabajo consiste en estudiar las muestras recogidas por médicos forenses y policía en el laboratorio y elaborar un informe pericial con el resultado. Sin embargo, aquí sobre todo tengo que gestionar el proyecto, negociar el plan de estudios, contactar con los expertos y proporcionar apoyo en las formaciones que se llevan a cabo con expertos desplazados. Es una rutina completamente diferente pero igualmente interesante y enriquecedora.
Como en todos los trabajos hay días mejores que otros y a veces hay que lidiar con la frustración de que las cosas no salen como sería deseable, pero esto a su vez genera nuevos retos y lo hace también motivante.
¿Cómo es tu relación con el equipo FIIAPP en Madrid? ¿Y con tus compañeros en Turquía?
El equipo de FIIAPP en Madrid es mi salvavidas. Al no tener experiencia previa en este tipo de proyectos es fundamental contar con el apoyo de personas que conocen bien el funcionamiento de las distintas administraciones implicadas. Mi relación con la técnico del proyecto de FIIAPP es prácticamente diaria, continuamente nos enviamos mails, papeles y hablamos por teléfono. Es un trabajo en equipo, aunque sea en la distancia.
En Turquía tengo dos compañeras que me ayudan con las traducciones y la gestión. Además, el RTA contraparte y Project Leader son militares funcionarios de la administración turca y es un verdadero placer trabajar con ellos. Son muy disciplinados y trabajan con mucho empeño y ganas para que el proyecto sea un éxito.
¿Cómo valoras tu experiencia de trabajar como expatriada de la FIIAPP?
Es una gran oportunidad poder participar en este proyecto. Tanto profesional como personalmente me está aportando mucho. Los laboratorios forenses tienen muchas ramas diferentes y el proyecto abarca muchos otros campos que se complementan entre sí, lo que lo hace muy interesante porque vienen expertos de todas las especialidades. Desde el punto de vista personal, es una experiencia muy enriquecedora como mujer, civil y culturalmente cristiana. Era todo un reto venir a trabajar a una base militar turca. Sin embargo, no puedo más que estar agradecida por esta oportunidad que está siendo muy positiva.
¿Alguna experiencia o anécdota que resaltar de tu adaptación al país?
Cuando llegué a Turquía a los pocos días empezó el Ramadán. En medio de una noche me desperté con un ruido escandaloso de alguien tocando el tambor por la calle con el ánimo claro de despertar a todo el vecindario. La noche siguiente, otra vez aquel escándalo en medio de la noche y pensé en llamar a la policía. Por la mañana lo comenté en el trabajo y me explicaron que es una tradición propia del Ramadán. Una persona se pasea con un tambor despertando a la gente para avisarla de que coma y beba antes de que se ponga el sol, que comienza de nuevo el ayuno. Menos mal que no llamé a la policía y pregunté antes.
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07 marzo 2019
Posteado en : Opinión
Francisca Guzmán, coordinadora del proyecto, reflexiona sobre la importancia que tendrá para el país la adecuación legislativa en esta materia
Marruecos tiene una larga trayectoria en la regulación del transporte de mercancías peligrosas por carretera. No en vano, es firmante desde el año 2001 del “Acuerdo Europeo relativo al transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera” (ADR) y diez años después, en 2011, se publicó la Ley 30/05 que regula el transporte de mercancías peligrosas en el país; ésta establece el marco de dicho transporte pero remite a la vía reglamentaria la aplicación efectiva del acuerdo internacional en el transporte local. Dando un paso más en este recorrido, actualmente, la FIIAPP gestiona, en colaboración con el Ministerio de Fomento, un proyecto de hermanamiento en Marruecos que, financiado por la Unión Europea apuesta por la seguridad en los transportes de mercancías peligrosas por carretera sobre la base del ADR.
Este proyecto aspira a mejorar la seguridad y a reforzar la estructura y las actividades ligadas al transporte de mercancías peligrosas por carretera y tiene como objetivo fundamental la elaboración de los textos reglamentarios mencionados en la ley 30/05.
La reglamentación necesaria para la aplicación del ADR en el transporte doméstico, adaptado a las características intrínsecas del país, ya ha sido desarrollada por los especialistas españoles participantes en este proyecto. La Administración marroquí, después de la redacción jurídica de dichos textos adaptados a la técnica legislativa marroquí, comenzará el procedimiento administrativo para la aprobación y publicación de todo el conjunto normativo que viene a regular no solo el transporte de mercancías peligrosas, sino también todos los campos que conciernen y que afecta a dicho transporte.
El transporte de mercancías peligrosas es poliédrico, de forma que son muchos los ministerios, sectores profesionales y organismos a los que atañe, de ahí la complejidad de este hermanamiento que, perteneciendo de hecho al Ministerio de Transportes marroquí, afecta y necesita de la colaboración y cooperación de otros ministerios y organismos de la administración marroquí. De ahí la complejidad, la dificultad y lo cautivador del proyecto: que concierne a una gran parte de la administración de un país, a muchos sectores profesionales, económicos y, lo más interesante, afecta a toda la ciudadanía, no olvidemos que el objetivo contundente, rotundo y firme es hacer más seguro el transporte de las mercancías peligrosas; mercancías que se transportan a diario y a todas horas, baste con mencionar el transporte de botellas de gas, que está muy expandido en este territorio.
Por todo ello, teniendo en cuenta lo avanzado en el proyecto y siendo conocedores de las dificultades que entrañan en todos los países las publicaciones legislativas, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que Marruecos está en el punto de partida de la aplicación del ADR en su territorio; ello va a suponer para este país, un valor añadido muy importante, y será el primer país de esta área en aplicar de forma integral este acuerdo. Ello ayudará a Marruecos a convertirse en el primer país del norte de África y de la facha Atlántica que aplique el ADR en su transporte interior adaptado, siempre, a las características intrínsecas de este territorio.
En la vía internacional, el proyecto ha facilitado la introducción de la administración marroquí en los grupos internacionales de Naciones Unidas dónde se discute, se aprueban y se debaten los pormenores de las reglas del ADR; así Marruecos tendrá la oportunidad de debatir, proponer, conocer la situación de este transporte en el resto de países firmantes del acuerdo ADR; además, con todo esto, Marruecos va a alcanzar un status importante y privilegiado en su área regional, en particular, en lo referido a los países Norte de África y de la cuenca mediterránea.
De esta forma, tras la aplicación efectiva en Marruecos de los textos el país será el líder de este tipo de transporte de en su región. Todo ello ayudará a la consolidación económica, a la consolidación del sector del transporte por carretera y, principalmente, contribuirá a hacer un transporte más seguro, lo que repercutirá directamente en la ciudadanía de este país, en sus infraestructuras y en el medio ambiente. Una vez más, la cooperación habrá puesto a disposición de un país las herramientas necesarias para avanzar en el desarrollo económico y social y en la buena gobernanza.