• 25 enero 2018

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    Posteado en : Entrevista

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    “El proyecto implicaba un cambio en la forma de trabajar de la sanidad tunecina que se ha conseguido”

    Carlos Armendariz nos habla de su experiencia en el proyecto de hermanamiento sobre la gestión de hospitales en el país

    El proyecto de refuerzo de la gestión hospitalaria en Túnez, financiado por la Comisión Europea y gestionado por la FIIAPP, tiene como objetivo principal implantar un sistema de información médico-económico en los hospitales tunecinos. Es decir, mejorar la organización de los archivos e historiales médicos para ayudar a reducir costes en el sector.

     

    Carlos Armendariz es Director Médico en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) y ha trabajado como jefe de este proyecto de hermanamiento de la Unión Europea junto a expertos tunecinos.

     

    En los seis años que lleva en marcha el proyecto, ¿cuánto se ha avanzado?

    Cuando nosotros vinimos a hacer el proyecto, el objetivo era la implantación de un sistema de información médico-económico en dieciséis hospitales. Para ello, lo primero que hay que hacer es dar un paso que aquí no existía: unificar la historia clínica. Las historias estaban dispersas de manera que, si ibas a siete servicios diferentes a lo largo de un año, ibas teniendo una historia clínica en cada uno de ellos. Una forma de trabajar absolutamente antigua.

     

    ¿Qué supone que los pacientes tengan una única historia clínica?

    Cuando unificas una historia clínica, todo son ventajas. Cada uno de los especialistas que lo ha visto hace sus anotaciones, sus diagnósticos, sus tratamientos, y el siguiente profesional que va a verlo sabe qué le ha pasado antes. Por tanto, la idea de conjunto que va a tener cualquier médico que lo vea es siempre fundamental.

     

    ¿Qué más se ha puesto en práctica?

    También era importante la sensibilización y mentalización de los profesionales para la realización de informes de alta, que no se hacían en casi ningún hospital. El informe de alta no es que sea beneficioso, es que es un derecho del paciente. Ha sido un trabajo difícil porque no había costumbre o hábito de hacerlos.

     

    ¿Y cuál es el siguiente paso?

    Los tunecinos que están implicados en el proyecto junto con los expertos españoles definieron un Conjunto Mínimo de Datos (CMBD) para Túnez. Esto es una recogida de datos de cada proceso de hospitalización que permiten después analizar la actividad del hospital.  Es decir, puedes saber cuántos enfermos has visto a lo largo de un año con neumonía, o qué tipos de neumonía has visto, o cuántas operaciones has hecho de apendicitis…

     

    ¿Cómo se analiza?

    Codificándolo. La codificación permite obtener información más refinada: saber qué tipos de enfermedades, de procedimientos o de técnicas hemos realizado en el hospital. Partos, intervenciones quirúrgicas, cateterismos cardíacos, infecciones por este o por aquel germen… Todo tiene siempre un código.

     

    ¿Se ha conseguido todo lo que estaba previsto?

    El proyecto implicaba un cambio en la forma de trabajar de la sanidad tunecina que yo creo que se ha conseguido pero que ha quedado un poco cojo. En el sentido de que, en un proyecto de esta envergadura, el cambio es necesario que se acompañe de normas de obligado cumplimiento. En España está muy regulado cómo debe funcionar un archivo, el tiempo que hay que guardar las historias clínicas, qué documentos deben contener… Y se ha hecho, pero no hay una normativa de ámbito nacional que exija que las cosas se hagan.

     

    Por lo demás, yo creo que sí se han conseguido muchas cosas. Hemos captado muchos seguidores en los hospitales, gente que al principio era muy reticente y, cuando han ido viendo los beneficios o las ventajas de trabajar así, han sido socios incondicionales. Y como son los que mejor reconocen y conocen sus ventajas y sus inconvenientes, son sus mejores defensores. Sin esas personas tampoco el proyecto hubiera podido marchar.

     

    ¿Cómo ha encontrado Túnez a nivel personal?

    Túnez me recordó mucho al Madrid de finales de los años 60, cuando yo era pequeño. Barrios obreros como los de la periferia de Túnez: casas de dos o tres pisos en barrios desbaratados con las calles sin asfaltar. Por lo demás, es un país mediterráneo con una sensibilidad parecida a la nuestra en algunas cosas.

     

    ¿Y respecto a la sanidad?

    Algo parecido. Hay hospitales viejos con estructuras viejas en el que los pacientes no están como en nuestro país, con habitaciones de una o dos personas. Pero en el Clínico de Madrid, cuando yo era estudiante de Medicina había habitaciones con ocho enfermos. Creo que la sanidad como cualquier otro servicio se va adaptando a los recursos que pone a su disposición la sociedad.

     

    Los médicos tienen buena formación en general. Tienen carencia de medios y tecnología, probablemente, pero no creo que la sanidad aquí sea mala. Me parece que puede mejorar, pero los conocimientos y el saber qué hacer lo tienen claro. Los resultados pueden ser tan buenos seguramente como en cualquier otro sitio.