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25 noviembre 2020
Posteado en : Reportaje
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde la FIIAPP, analizamos la situación a nivel mundial y el papel de la cooperación internacional con la especialista en género, Cecilia Güemes.
Aproximadamente 15 millones de mujeres adolescentes (de entre 15 y 19 años de edad) de todo el mundo han sufrido relaciones sexuales forzadas en algún momento de su vida según UNICEF. A nivel mundial, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental, según la ONU. El 72% de todas las víctimas de trata a nivel global son mujeres y niñas y 4 de cada 5 mujeres víctimas de la trata son utilizadas para la explotación sexual según UNDOC. Además, al menos 200 millones de mujeres y niñas de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años se han visto sometidas a la mutilación genital femenina en 30 países donde hay datos representativos disponibles según UNICEF.
Frente a esta realidad, el 25 de noviembre se reivindica el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. Un tipo de violencia específica que se ejerce contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres: ‘La violencia contra las mujeres no es un invento de un colectivo, sino que se refiere a un tipo específico de violencia dirigido a mujeres y asentado en factores históricos estructurales y en la construcción de roles donde se busca el control, la dominación, la invisibilización o la asignación de un papel específico en la reproducción social de las mujeres’. Así lo explica la presidenta del Grupo de Investigación en Gobierno, Administración y Políticas Públicas (GIGAPP), Cecilia Güemes.
Doctora en ciencias políticas y abogada, Güemes ha desarrollado su carrera profesional en el campo de la investigación en materias como la confianza social y política, las políticas públicas, y la cohesión social. Además, colabora con la Fundación Carolina y es la autora de publicaciones como “Mujeres en Iberoamérica: herramientas de gobierno para un cambio que ya ha comenzado” o “ Será ley. La lucha por la legalización del aborto en Argentina.
Para la especialista, las instituciones públicas tienen un rol clave para combatir la violencia de género, algo reflejado en los compromisos adoptados en el año 2015, cuando 193 países se comprometieron a trabajar por el cumplimiento de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este sentido, el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) es lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a to
das las mujeres y las niñas. Para ello, este ODS establece diferentes metas como eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación o aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles. Según Güemes, las acciones concretas de los gobiernos inciden y dan forma a la realidad social, por ello, la especialista defiende la necesidad de que las mujeres y la perspectiva de género formen parte del diseño de las políticas, que se integre la perspectiva de género en toda la acción de gobierno y en todas las áreas, ‘no solo que existan instituciones especificas abocadas al tema de género’, que se destine presupuesto para diseñar, implementar y evaluar políticas con perspectiva de género y, finalmente, que se capacite al funcionariado encargado de gestionar lo público en perspectiva de género.
El compromiso de la FIIAPP
La FIIAPP, como agencia de cooperación que trabaja estrechamente con las instituciones públicas, es consciente del papel que tiene la Fundación a la hora de promover la colaboración entre los diferentes agentes sociales para crear un ambiente de paz y desarrollo sostenible, desde un enfoque de género. Dicho enfoque se aplica desde programas financiados por la Unión Europea en sectores diversos como la seguridad, la lucha contra la trata de personas, el acceso a la justicia de forma inclusiva, la lucha contra la corrupción o la mitigación del cambio climático. En este sentido, programas como EUROsociAL+, un programa gestionado por la FIIAPP en colaboración con otras agencias europeas, están priorizando el enfoque de género en su plan de acción.
También es el caso del programa EUROCLIMA+ en América Latina, a través del cual se busca la integración y la implicación de las mujeres en las políticas elaboradas y en la toma de decisiones respecto a los efectos del cambio climático. Pero no son los únicos proyectos que aplican la perspectiva de género. Programas europeos como EL PAcCTO o A-TIPSOM, que luchan contra el crimen organizado en América Latina y contra la trata de personas en Nigeria, respectivamente, también aplican métodos de trabajo basados en la igualdad de género.
De esta forma, la FIIAPP reafirma su compromiso con la erradicación de la violencia contra las mujeres y el papel clave de la cooperación para combatir esta problemática, algo en lo que coincide Güemes: ‘La cooperación internacional es clave en tanto es capaz de contribuir con recursos económicos, humanos y cognoscitivos en el desarrollo de políticas públicas, en el seguimiento y en la evaluación de las acciones y en el uso de buenas prácticas, especialmente en sociedades reticentes a estos temas, donde los roles sociales están asentados normativamente’.
Una lectura para concienciarse este 25N
‘Hay muchos libros que recomendaría donde se vislumbra el cambio de época y se retratan las luchas externas e internas que hoy ocupan a las mujeres’, explica la colaboradora de la Fundación Carolina. ‘Dos autoras argentinas que me han gustado mucho son Luciana Peker (Putita Golosa, y La revolución de las hijas) y Tamara Tenenbaum (el Fin del Amor). También recomiendo seguir su trabajo en redes’.
En y desde Europa, Güemes recomienda el reciente trabajo de Vanessa Springora “El consentimiento”. ‘Me ha gustado mucho ya que deja al descubierto hipocresías y contradicciones en sociedades occidentales’.
Por último, respecto a autoras contemporáneas, la presidenta de GIGAPP recomienda leer autoras que en sus historias relatan las tensiones que sufren mujeres que buscan cuestionar o romper con los roles de género y contribuyen a la labor, no solo de deconstruir, sino de construir una nueva sociedad. ‘Chimamanda Ngozi Adichie, Olga Tokarczuk, Siri Hustvedt, Jhumpa Lahiri o Vivian Gornick, por citar algunas de las que más me han gustado’, concluye.
Por Cristina Blasco, (@cbm_cris). Equipo de comunicación FIIAPP.
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08 marzo 2018
Posteado en : Reportaje
La agenda 2030 cuenta con la cooperación como herramienta para avanzar en la igualdad de género que se demanda públicamente
“En el Día Internacional de la Mujer, debemos comprometernos a hacer todo lo posible para superar los prejuicios arraigados, apoyar la participación y el activismo y promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”. Son las palabras de António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, para el Día Internacional de la Mujer. Otro 8 de marzo que sirve para reflexionar sobre lo logrado y lo que queda por avanzar en materia de igualdad.
En 1995, casi 200 gobiernos firmaron en Beijing una hoja de ruta histórica para la materialización de los derechos de las mujeres. Dos décadas después, movimientos a favor de esa igualdad siguen llenando las calles y redes sociales por todo el mundo. De cara a ese progreso conjunto y global, la cooperación internacional puede ser una herramienta clave para conseguirlo.
Mar Merita, técnica especialista en género del programa EUROsociAL+ – financiado por la Comisión Europea y gestionado por la FIIAPP – afirma lo mucho que se ha innovado respecto al rol de la mujer en la Agenda 2030 de cooperación.
Desde velar para que niños y niñas tengan una educación equitativa y de calidad, pasando por poner fin a todas las formas de discriminación y violencia contra mujeres y niñas en todo el mundo, hasta que la igualdad sea uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que establecieron varios líderes mundiales por un mundo mejor en 2030.
La igualdad en la UE
La igualdad de género es también uno de los valores fundacionales de la Unión Europea, que sigue de cerca estos objetivos de desarrollo. Y que analiza su progreso al respecto en un estudio periódico.
El último (Sustainable development in the European Union, 2017) en concreto aporta datos sobre cuatro áreas que sirven de indicador a la hora de evaluar el objetivo de igualdad: la violencia de género, el acceso a la educación, el empleo y los puestos de responsabilidad.
En 2012, la violencia de género es una realidad en la UE. Cuando una de cada tres mujeres dice haber experimentado violencia física o sexual desde los 15 años. Este problema es causa y consecuencia de la desigualdad, y se combate desde el acceso a la educación.
Sin embargo, el hecho de que los hombres abandonen antes los estudios y las mujeres tengan más éxito en esta área no se refleja en la tasa de empleo de los recién graduados, mayor en el caso de los varones. También la proporción de hombres en edad de trabajar que efectivamente lo hacen supera a la de las mujeres trabajadoras en un 11,6%.
El empleo es una de las áreas que va más unida a roles de género, responsabilidades familiares o tradiciones. Y tiene su reflejo en la brecha salarial: en 2015, según el mismo estudio, las mujeres ganaban un 16,3% menos por hora que los hombres. La misma diferencia que 5 años atrás.
El progreso cuesta en lo que Mar llama la “tercera generación de derechos”, en la que estaría incluida esa diferencia de salarios que sigue siendo importante en la mayoría de los países. Según la experta de EUROsociAL+, a pesar del avance en el reconocimiento de derechos políticos, todavía queda por hacer respecto a derechos sociales, culturales y económicos; mediante los que se conseguiría esa “igualdad real”.
El reparto de cargos políticos o puestos de responsabilidad también refleja la desigualdad, pues las mujeres no suelen tener tanta representación como los hombres en procesos de toma de decisiones. Aunque la proporción de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales ha aumentado desde 2003, las mujeres todavía ocupaban menos de un tercio (28,9%) de estos asientos en 2017.
La cooperación como herramienta
Muchos de estos temas, como la brecha salarial o el acoso sexual, están hoy en el foco de actualidad. Y constituyen denuncias públicas, con un impacto internacional fuerte, que sin embargo necesitan de “procesos para hacer frente a esas problemáticas”.
Así lo cree Dominique de Suremain, coordinadora del área de políticas de equidad de género del programa EUROsociAL+, que ve “un trabajo menos visible por cambiar” a la hora de que esas demandas se materialicen y tengan su reflejo en el sistema.
Es ahí donde entra en escena la cooperación, cuyo papel es esencial para la puesta en marcha de políticas públicas que tengan en cuenta esas peticiones. Desde el principio, según Dominique, es importante “introducir esa preocupación en el diseño de los proyectos”. Un aspecto transversal que no sólo debe aplicarse en proyectos sociales, sino que es pertinente para todas las temáticas.
Un ejemplo sería el taller de enfoque de género organizado por ARAP Ghana – proyecto contra la corrupción gestionado por la FIIAPP – o la inclusión de esta perspectiva en las actividades de Euroclima+. Ya que al final, la desigualdad es inherente a la sociedad en la que se produce e influye en los problemas que aborda.
Sin embargo, este enfoque es en muchos casos insuficiente para conseguir una igualdad real. Hay que ir más allá del diagnóstico, de los indicadores, de cuantificar cuántas mujeres han salido beneficiadas: “hay que aprovechar los proyectos de cooperación para tener un papel proactivo”, según Dominique.
Quizás por ello, EUROsociAL+ es uno de los primeros programas en crear un área temática exclusiva para abordar esta problemática. Un componente o eje de género fuerte que cuenta con acciones directas y un equipo de personas dedicado exclusivamente a ello.
La cooperación se basa en un intercambio de experiencias que es también importante para Mar Merita: “se puede combatir la desigualdad promoviendo ejemplos y buenas prácticas que surgen en los países”, aprendiendo unos de otros.
“La igualdad es una causa universal” y un objetivo realista que, en el marco de los proyectos, necesita de políticas públicas para avanzar de forma práctica. Aunque al final lo verdaderamente importante, según la experta, es creer en ello.
Escucha el programa dedicado al Día Internacional de la Mujer en nuestro espacio de Radio Nacional de España