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21 febrero 2019
Posteado en : Entrevista
“FIIAPP cuida al expatriado, no sólo en el sentido estricto de las condiciones sino en el soporte que se nos facilita”
Eva María Picos, coordinadora del proyecto de Fortalecimiento de las capacidades de la Agencia postal de Macedonia, nos cuenta cómo ha sido su proceso de adaptación en el país, cómo es su rutina diaria y cómo está siendo trabajar como expatriada de la FIIAPP.
¿Cuánto tiempo llevas en Macedonia? ¿Cómo ha sido tu adaptación al país? ¿Es muy diferente a España?
Llegué a Macedonia, en concreto a la capital Skopje, el 3 de diciembre de 2018 que fue la fecha en la se firmó contrato y por tanto arrancó el proyecto. Aquí tenemos inviernos heladores, veranos calurosos, el río atravesando la ciudad… No me ha dado mucho tiempo todavía a conocer bien el país, pero quizás la capital no es lo más bonito. A nivel naturaleza me consta que tienen parajes preciosos ya que el país está enclavado en los Balcanes. Por lo que respecta a la forma de ser de los macedonios, tienen carácter mediterráneo, son muy bromistas, les gusta salir, estar con amigos, las reuniones en torno a la comida…
¿Qué ha sido lo que más te ha costado y lo que menos?
Lo que más me ha costado es el clima y acostumbrarme a los horarios. Lo que menos me ha costado es acostumbrarme a su forma de ser, ya que es muy similar a la nuestra. La comunicación también es sencilla porque aquí casi todo el mundo habla inglés. La comida también es similar a la española.
¿Es tu primera experiencia fuera de España? Si no es así, ¿está siendo muy diferente a la/las anteriores?
Viví un año en Irlanda cuando finalicé la universidad. La experiencia es distinta porque por aquellas fechas no trabajé en nada acorde a mi cualificación profesional y el objetivo principal era aprender inglés. El punto en común es que supone salir de tu entorno natural y que te tienes que adaptar a otros usos y costumbres.
¿Cómo es tu trabajo y tu día a día? ¿Se parece a la rutina que llevabas en España?
La rutina es totalmente diferente sólo por el hecho de que se desenvuelve en un país que no es el tuyo, lo cual condiciona bastante el día a día. En España mi trabajo se desarrollaba más en oficina y no tenía una vertiente tan relacional. El proyecto abarca a muchos actores y exige constante comunicación, reuniones, tareas múltiples y variadas que pueden ir desde la búsqueda de localizaciones para celebración de eventos, visitas de estudio, misiones a elaboración de un informe. Además, es un proyecto vivo, flexible que exige constante revisión y adaptación, así como una comunicación fluida para maximizar al máximo el resultado.
¿Cómo es tu relación con el equipo FIIAPP en Madrid? ¿Y con tus compañeros en Macedonia?
La relación con el equipo FIIAPP ha sido desde el primer momento muy buena y cercana. En este sentido hay contacto vía email diario y llamadas cuando el proyecto lo reclama. Es extraño, porque si bien no hay proximidad física al tratarse de una expatriación, la sensación tampoco varía mucho a la que se tiene cuando se comparte mesa de trabajo codo con codo. Sólo puedo decir cosas buenas de todas y cada una de las personas que me he ido cruzando a lo largo de mi corto recorrido en la FIIAPP.
Por lo que respecta a mis compañeros macedonios, hay dos vertientes: La Agencia Postal de Macedonia que sería el beneficiario del proyecto y el equipo dependiente de la FIIAPP integrado por la traductora, el asistente y yo misma. Desde el primer día sentí que era una más, me integraron rápidamente en su día y sus costumbres.
¿Cómo valoras tu experiencia de trabajar como expatriada de la FIIAPP?
Para mí supone una gran oportunidad tanto en el ámbito personal como profesional. Surgió sin querer, pero resultó ser todo un reto. Creo que este tipo de experiencias suponen un sacrificio grande en el sentido que no ves a tu familia, amigos, pero aprendes mucho laboralmente hablando.
Por cuestiones familiares he vivido muy de cerca las expatriaciones y no todas son como las de FIIAPP. En este sentido, FIIAPP cuida al expatriado, no sólo en el sentido estricto de las condiciones, sino en el soporte que se nos facilita y en la sensación de cercanía.
¿Alguna experiencia o anécdota que resaltar de tu llegada/adaptación al país?
Pues la verdad que anécdotas todos los días, aún estoy en pleno proceso de adaptación. Desde la nevada que me pilló desprevenida y sin ropa apropiada, al día que quise hacer unas lentejas y aparentemente compré chorizo, pero resulto que sólo en apariencia porque eran salchichas… También me he visto comiendo sopa o ensaladas de repollo a las 11 de la mañana (hora de comer en Macedonia, ¡a mí me apetecía más un café con unos churros o unas porras!).