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26 septiembre 2019
Posteado en : Reportaje
Desde 2018, el 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Lengua de Señas y desde la FIIAPP nos queremos unir a esta celebración mostrando cuál es la situación actual de las personas sordas y cómo ha sido acogida esta discapacidad y la lengua de signos por los Estados y la sociedad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños”. Se entiende por pérdida de audición discapacitante una pérdida de audición superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos, y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños. En este sentido, la OMS destaca que la mayoría de las personas con pérdida de audición discapacitante viven en países de ingresos bajos y medianos.
Asimismo, según la Federación Mundial de Sordos, existen aproximadamente 72 millones de personas sordas en todo el mundo. Más del 80 por ciento vive en países en desarrollo y, como colectivo, utilizan más de 300 diferentes lenguas de señas.
Si hablamos de cifras concretas, en la Unión Europea, Francia encabeza el país con mayor número de personas signantes con 300.000, seguida de España con 100.000 e Inglaterra con 77.000.
La Fundación CNSE destaca que la “comunidad sorda conforma una minoría lingüística y sociocultural y la lengua de signos es el elemento de cohesión en este grupo”. Pero ¿a qué nos referimos con comunidad sorda?: “Con el término comunidad sorda hacemos referencia al tejido social formado por personas sordas que utilizan la lengua de signos y comparten experiencias y objetivos. Son personas con conciencia de una identidad común que mantienen un compromiso individual con el grupo, cooperando en una u otra medida con él”, señala Amparo Minguet, vicepresidenta de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE).
«La lengua de signos estaba mal vista; el sistema educativo no permitía su aprendizaje. Nuestro colectivo ha sido maniatado -y no lo digo en sentido figurado- a lo largo de su historia. Pero la sociedad, la misma que en el pasado nos escondía y se avergonzaba de nuestra lengua natural, ha cambiado», reconocía Luis J. Cañón, ya ex presidente de la Confederación Estatal de Personas Sordas.
A partir de los años 70, diversos grupos de personas reivindicaban la lengua de signos y la cultura. Diferentes disciplinas científicas, a través de estudios e investigaciones, ratifican la existencia de dicha lengua y su cultura dando así importancia a la preservación de sus valores y rasgos culturales.
Situación de la lengua de signos en distintos países
Actualmente, hay ocho Estados que reconocen la lengua de signos oficialmente en sus constituciones. En otros países se ha optado por un reconocimiento de la lengua de signos estatal implícito en el desarrollo de normas jurídicas y políticas públicas, generalmente en la educación.
En 1988, el Parlamento Europeo aprobaba por unanimidad una resolución que solicitaba a todos los países el reconocimiento de la lengua de signos.
En el caso de África, países como Uganda, Kenia o Sudáfrica si la han reconocido y han proporcionado a la comunidad sorda los recursos necesarios para su inclusión.
Por otro lado, Centroamérica y América Latina cuentan actualmente con políticas de integración para personas con discapacidad.
Asimismo, Nueva Zelanda considera la lengua de signos como una lengua oficial, a diferencia de Turquía que no tiene ningún reconocimiento oficial sobre la misma.
Día Internacional de la Lengua de Señas
La Asamblea General de Naciones Unidas señala el día 23 de septiembre como el Día Internacional de la Lengua de Señas. Este día internacional fue celebrado por primera vez en 2018 en el que la Asamblea establecía que “el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en este lenguaje, incluida una educación de calidad en esa lengua, es vital para el crecimiento y el desarrollo de las personas sordas y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible”.
Asimismo, la Asamblea destaca la importancia de considerar y aplicar, centrándonos en el tema que nos ocupa, el principio de “nada sobre nosotros sin nosotros”.
La Federación Mundial de sordos (DMA), que consta de 135 asociaciones nacionales de sordos como representantes de aproximadamente 70 millones de personas sordas en todo el mundo, fue la encargada de proponer la celebración del Día Internacional de la Lengua de Señas el 23 de septiembre. Esta fecha fue elegida con el fin de conmemorar el establecimiento del DMA en 1951 en Roma.
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), es un instrumento internacional de derechos humanos de las Naciones Unidas destinado a proteger los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad. Se trata de la primera convención de derechos humanos que se abre a la firma de las organizaciones regionales de integración, en la que se fija un cambio paradigmático de las actitudes y enfoques en relación a las personas con discapacidad.
Agenda 2030 y ODS
El principio fundamental de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), acordados en la Agenda 2030, es ‘no dejar a nadie atrás’. En este sentido, se ha comenzado a desarrollar un nuevo modelo que tiene en cuenta la diversidad de capacidades en la sociedad, poniendo el foco en las mujeres y las niñas con discapacidad, ya que son las que mayor riesgo de vulnerabilidad y exclusión social tienen. Según destaca el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, CERMI, están tomando fuerza “debates como la relación entre discapacidad y pobreza, la contribución que las personas con discapacidad pueden realizar al resto de la sociedad, la relación entre discapacidad y desarrollo tecnológico, y otros”.
Tanto la sociedad como las instituciones deben unirse para trasladar las necesidades que tienen las personas con discapacidad para mejorar su situación actual. En este sentido, la cooperación internacional juega un papel relevante para llevarlo a cabo, ya que es herramienta primordial para que los gobiernos den visibilidad a este sector de la sociedad.
El ODS 5 de igualdad de género, el ODS 4 centrado en educación de calidad e inclusiva, el ODS 8 de trabajo decente y el ODS 10 de reducción de desigualdades, tienen una estrecha relación con la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad. Asimismo, si hablamos de inclusión, debemos destacar el ODS 11 de ciudades y comunidades sostenibles, en el que se debe integrar el concepto de accesibilidad universal a la hora de realizar infraestructuras esenciales en servicios de salud básicos.
Bridging The Gap
La FIIAPP gestiona el proyecto, financiado por la Unión Europea, Bridging The Gap, cuyo objetivo es reducir la exclusión social de las personas con discapacidad en los países de renta media y baja de África y América Latina. Los países beneficiarios de este proyecto son Ecuador, Paraguay, Burkina Faso y Etiopía.
Según señalaba el secretario permanente del Comité Nacional Multisectorial para la Protección y Promoción de las personas con discapacidad en África, Boukary Savadogo, en el evento anual celebrado por Bridging The Gap en noviembre de 2018 en Madrid, “en Burkina Faso las personas con discapacidad no son bien acogidas”, pero para mejorar esta situación, este país “está en línea con los ODS y la Agenda 2030”.
Con Bridging The Gap se contribuye al compromiso de potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, meta del décimo objetivo de desarrollo sostenible.