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31 octubre 2019
Posteado en : Reportaje
El 9 de octubre se conmemora el Día Mundial del Correo, una forma de comunicación que, a pesar de los avances, sigue teniendo una fuerte cabida en la sociedad. En FIIAPP trabajamos en Macedonia del Norte con el fin de mejorar la calidad de sus servicios postales.
El 9 de octubre de 1874, en el marco del Tratado de Berna, se fundó la Unión Postal General, que pasaría a llamarse Unión Postal Universal (UPU) en 1878, como organización que regularizaba el correo a nivel mundial. Desde 1948, esta institución pasó a ser un organismo especializado de las Naciones Unidas.
Según destaca Naciones Unidas, la UPU se encarga de promover y desarrollar la comunicación entre las naciones, lo que permite estrechar las relaciones entre los servicios postales. Además, para este trienio, esta institución quiere destacar la innovación, la integración y la inclusión al ser los tres pilares estratégicos que la rigen.
Asimismo, según datos de la UPU, los servicios postales entregan anualmente alrededor de 368.000 millones de cartas y 6.400 millones de paquetes gracias a los cinco millones de empleados de correos.
Debido a las nuevas tendencias, que actualmente están cambiando nuestra forma de comunicarnos, el director general de la UPU, Bishar A.Hussein, señala que los servicios postales “deben reinventarse, adoptar la digitalización, redefinir sus propuestas de valor y desarrollar nuevos productos y servicios. Además, necesitan apoyo político e inversiones, así como un marco regulatorio adecuado para sus actividades”
Día Mundial del Correo
El día 9 de octubre se celebra el Día Mundial del Correo que fue proclamado durante un congreso desarrollado en Japón en 1969. En esta ocasión, ha coincidido con la conmemoración de los 145 años de existencia de la ya nombrada UPU.
“Vale la pena reflexionar sobre cuánto ha ayudado nuestra organización a la humanidad. La mejor manera de celebrar el pasado es luchar por un futuro mejor. En esta tarea estuvimos guiados por la necesidad de ayudar a la humanidad a superar sus desafíos, para que podamos asegurar el futuro que todos queremos para nuestro planeta. Esta es la mejor forma de llevar el desarrollo y el progreso al mundo”, ha destacado Bishar A. Hussein, director general de la UPU.
Sin lugar a dudas, el sector postal contribuye al desarrollo social y económico de los países a pesar de ser un medio de comunicación antiguo pero muy útil para la sociedad.
A pesar de que el Día Mundial del Correo no tiene un lema propio, éste se celebra en más de 150 países realizando diversas actividades como son la presentación y promoción de servicios y productos postales nuevos, recompensas a los empleados por la labor que realizan, organización de exposiciones y ferias, emisión de nuevos sellos postales, conferencias y talleres, así como recuerdos o actividades deportivas, culturales y educativas.
CORREOS y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
CORREOS contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, centrándose en tres pilares fundamentales: personas, mercados y cadena de suministro.
En relación con el ODS 13 de Acción contra el clima, esta compañía nacional ha implantado un reparto menos contaminante gracias a los 500 vehículos con cero emisiones con los que cuenta, así como la reducción a un 13% de las emisiones de CO2 respecto a 2013.
Por otro lado, CORREOS ha participado en la campaña #ODSéate, desarrollada del 16 al 27 de septiembre, y que ha tenido como fin perseguir la meta número cuatro la cual señala que en 2020 la totalidad de la población española debe conocer la Agenda 2030 y responder a los cambios que se plantea con ella.
Además, CORREOS emite una serie de ‘Sellos Solidarios’ y en esta ocasión lo ha querido dedicar a la Agenda 2030 con un pliego que recoge el logotipo de este propósito y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La FIIAPP y CORREOS
El proyecto financiado por la Unión Europea y gestionado por la FIIAPP sobre el ‘Fortalecimiento de las capacidades de la Agencia Postal de Macedonia del Norte’, tiene una duración de 18 meses y pretende el objetivo de mejorar la calidad de los servicios postales y la capacitación de los empleados de la Agencia Postal de Macedonia del Norte. Los principales ejes del proyecto giran en torno al marco regulatorio, la contabilidad analítica, la inspección postal, los buzones y el análisis de mercado.
Además, el proyecto proporcionará las bases para preparar y adoptar una nueva estrategia del sector postal. Concretamente, mejorará la capacidad administrativa y reglamentaria de la Agencia Postal.
La coordinadora del proyecto, Eva Picos, destaca la labor de la FIIAPP como interlocutor señalando que “la FIIAPP ha impulsado la participación de España en este proyecto y a nivel operativo haciendo de interlocutores con la Unión Europea. En general, nos dan soporte y nos guían en el día a día, además de que es la institución que lleva toda la parte de management” .
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14 febrero 2019
Posteado en : Opinión
Miguel Ángel Lombardo, coordinador del proyecto EVALÚA, señala la necesidad de cambiar las agendas internacionales con la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la trascendencia de estos en la sociedad
En los últimos tiempos se ha producido un cambio en las agendas internacionales de desarrollo y también en las políticas públicas de distintos países hacia planteamientos cada vez más integrales y no tan incrementalistas como se venían viendo antes. Por mencionar un ejemplo, si el cambio climático es un tema global que afecta en diferentes ámbitos sectoriales y en múltiples territorios, ¿tendría sentido realizar esfuerzos en las ciudades para reducir emisiones en almendras centrales o en áreas restringidas? Puede que no tenga un impacto significativo en cuanto a reducción de emisiones, pero sí lo tiene en lo que respecta al cambio de modelo de desarrollo o de relacionamiento con la ciudad. No se trata de sumar esfuerzos ciudad a ciudad -esa suma no termina nunca- y alcanzar unas determinadas metas, sino de renovar el comportamiento de una generación a otra.
En la agenda internacional esta tendencia se ha marcado en la aceptación por parte de la mayoría de los países de una serie de objetivos que moldean el desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como si los países estuvieran asumiendo de facto una renovación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que proclamó la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948, justo hace 70 años. Estos objetivos que se trazan ahora en torno a la pobreza, el hambre, la salud, el agua, la industria o el clima, entre otros temas, vienen a poner la mirada en una forma diferente de hacer las cosas.
Un interesante ejemplo de esto lo constituye el trabajo de grupos de mujeres que en los años ochenta tuvieron que refugiarse en las zonas del sur de México huyendo de la guerra en Guatemala, y que posteriormente, en el retorno, lograron impulsar cambios sustanciales en las comunidades donde fueron reasentadas. Se trata de procesos que ocurrieron al margen de los grandes ejes del conflicto social y político que marcaban a las ciudades, los barrios y las áreas rurales, la lucha contrainsurgente o la violencia, pero que fueron capaces de articular un sentido de comunidad que más tarde sería esencial en el momento en que se instaura la democracia. Una vez que las mujeres consiguieron ser copropietarias de la tierra en las comunidades de retorno se produjo un cambio en las relaciones de poder, y si eso se acompaña con organización y liderazgo, como fue el caso, puede llevar a generar nuevos cambios en cuanto a la participación y representación política de las mujeres a nivel nacional.
La nueva mirada que impulsan los ODS consiste en analizar los problemas desde una perspectiva más integral y promover cambios en las relaciones de poder, no solo porcentajes de avance sobre metas compartimentadas. A esto debemos añadir lo que ya sabíamos, que tanto la sociedad civil como el ámbito local juegan un papel muy importante en la implementación de las políticas públicas.
El discurso de ODS, al no ser incrementalista, tiene un potencial muy grande para ir articulando acciones que nacen en ámbitos locales y de la sociedad civil, y no solo para trazar líneas de acción en las cuales el Estado es el único protagonista. Es aquí cuando el impacto de las pequeñas acciones sustentadas localmente puede resultar muy positivo a nivel nacional e incluso global.