06/11/2023
Finaliza la quinta fase del proyecto europeo de cooperación portuaria, SEACOP que se ha encargado de reforzar el trabajo de las fuerzas de seguridad sobre las amenazas marítimas y las prohibiciones derivadas de las rutas de tráfico ilícito
Durante la fase V del proyecto europeo SEACOP se ha creado una red de confianza entre los diferentes equipos creados tanto en América Latina, el Caribe y en África Occidental que ha facilitado el intercambio de información y por tanto la cooperación internacional entre las diferentes fuerzas de seguridad.
Para luchar contra el crimen organizado y en concreto para el tráfico marítimo ilícito la cooperación internacional es una obligación que debe ser compartida entre todos los actores involucrados en combatir esta actividad. Con este claro objetivo, durante más de dos años, el proyecto europeo SEACOP ha realizado multitud de entrenamientos en inteligencia y en búsqueda de estupefaciente en embarcaciones en un total de 30 países.
Intercambiar información marítima, compartir la amenaza en cada uno de los países y regiones, actualizar y dar a conocer las nuevas modalidades, organizaciones criminales y modus operandi entre otras actividades, es el resultado que SEACOP ha conseguido durante esta quinta fase.
Gracias a estos entrenamientos y formaciones se han conseguido excelentes resultados operativos en incautaciones, capturas e investigaciones conjuntas entre los países. Siendo esto último fundamental para combatir el crimen organizado.
Además, todos los países bajo el paraguas de SEACOP han podido mejorar su intercambio de información y han aumentado su cooperación con nuestros principales socios europeos como MAOC-N y FRONTEX.
Igualmente, la estrategia común llevada cabo en las tres regiones durante esta fase V ha permitido una excelente relación entre los países de las diferentes regiones, creando una relación de confianza que es un eslabón necesario para las fuerzas de seguridad y su trabajo contra el crimen organizado.
Durante la nueva fase VI se comienza con tres importantes desafíos, aumentar la cantidad de países beneficiarios en América Latina, presumiblemente con la incorporación de Surinam y Costa Rica; mantener la relación de confianza creada entre los diferentes países y apoyar la lucha contra la criminalidad medioambiental, además de mantener la lucha contra la amenaza del tráfico de drogas y otras sustancias ilícitas.