13/07/2023
El programa europeo COPOLAD colabora en una iniciativa pionera en Chile para afrontar retos complejos como el uso de drogas entre menores que se encuentran bajo la tutela y protección del Estado
Se ha llevado a cabo en Chile el primer Laboratorio de Innovación Social dedicado a abordar el uso de drogas entre niños, niñas y adolescentes que se encuentran bajo la tutela y protección del Estado. Ha sido resultado de la suma de conocimientos y experiencias del programa de cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en políticas de drogas (COPOLAD III), el Servicio Nacional de Chile para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) y Agirre Lehendakaria Center, laboratorio de innovación social vinculado a la Universidad del País Vasco.
Han tenido lugar dos sesiones de interpretación colectiva en la región, centradas en contrastar colectivamente la información generada por los equipos locales en la primera fase del proceso de escucha y mapeo del laboratorio. Han contado con la participación de autoridades e instituciones como el Ministerio de Salud o el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, además de organismos internacionales como UNICEF y agentes comunitarios relevantes. Asimismo, ha participado personal de residencias familiares, programas de prevención del consumo, profesionales del ámbito de la salud y educación, la Fundación Paréntesis, el programa La Escalera o el programa Mi Abogado.
La directora de SENDA, Natalia Riffo, y la subsecretaria de la Niñez, Verónica Silva, han insistido en la necesidad de coordinar el trabajo entre las instituciones implicadas. Asimismo, han señalado la relevancia de diseñar nuevas estrategias o sistemas de gobernanza que puedan replicarse en el resto del país y que sean capaces de adaptarse a las realidades locales: “La media no sirve, debemos ser capaces de dar respuestas diferenciales”.
Los asistentes han destacado la importancia de incorporar mecanismos para entender la función que el consumo cumple en la población desde una perspectiva más amplia e integral. En conexión con esta idea, varios participantes han considerado interesante seguir experimentando desde el enfoque de reducción de daños o de la diversificación de los umbrales de exigencia en los centros.
Asimismo, se han identificado dos narrativas contradictorias sobre a quién corresponde la responsabilidad del consumo; si se trata de un fenómeno que debe abordarse a nivel individual o desde las instituciones o, por el contrario, si trasciende a la comunidad en sentido amplio. Los asistentes han coincidido en que es necesario activar nuevos canales de escucha para así incorporar la voz de los y las menores y la comunidad de forma sistemática en el diseño de las intervenciones. Se ha concluido que, dado que el objetivo es evitar que la comunidad se transforme en un enemigo, hay que eliminar la estigmatización.
Las sesiones de interpretación colectiva proporcionan un espacio para poner en común diferentes formas de percibir una misma problemática. Repetidas en el tiempo, pueden ayudar a generar visiones compartidas y un análisis más profundo sobre los puntos críticos en los que focalizar las estrategias de política pública en clave de innovación social. Este análisis servirá de base al proceso de diseño conjunto de soluciones que tendrá lugar los próximos meses.
El objetivo es garantizar que las estrategias que desarrollan los equipos incorporen la capacidad de respuesta a las diferentes narrativas que operan en el territorio y permitan adaptarse a los cambios, generando así sistemas de gobernanza flexibles para abordar retos complejos como es el uso de drogas entre menores bajo tutela del Estado.