• 09 julio 2020

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    “La alegría de ver como un sector se modernizaba adaptándose a la Unión Europea”

    Javier Ocón ha sido experto de la FIIAPP en varios proyectos vitivinícolas en Rumanía. Hoy nos habla de su relación con sus homólogos rumanos y su último viaje al país al que tanto ha dado y del que tanto ha recibido

    Entrevista a Javier Ocón en Rumanía

    Me piden desde el departamento de comunicación de la FIIAPP que escriba unas líneas sobre mis impresiones en el último viaje a Rumania para ver a los compañeros con los que trabajé en los proyectos de twinning  financiados por la Unión Europea, que hicimos con el Gobierno de La Rioja entre 2002 y 2007. Lo cierto es que siempre me ha resultado fácil contar cosas y difícil escribirlas; pero esta vez me resultara especialmente difícil porque no tengo que contar cosas, tengo que poner en palabras sentimientos.

    Después de 13 años de acabar los proyectos sigo en contacto con todos ellos, y no represento una excepción, nos pasa a todos los que participamos en los proyectos de hermanamiento. Los proyectos acabaron, pero nos quedan los amigos, los recuerdos y sobre todo nos queda la sensación de que seguimos y siguen ahí.

    Si me dijesen como se define a un amigo diría que un amigo es aquel con el que tras un tiempo sin hablar y sin verte, el día que te encuentras con él sigues hablando como si te hubieses visto el día de antes. Esta idea, que la tenía hace muchos años, se ha visto modificada a raíz de mi experiencia en Rumania y ahora lo expreso con las palabras de otro amigo, compañero y en algún momento mi “JEFE” que dirigió el primer proyecto que hicimos en 2002, Enrique García-Escudero. Con los amigos/compañeros del proyecto en Rumania nos hemos estado, durante 13 años, despidiendo efusivamente porque ya no nos íbamos a volver a juntar y antes de 6 meses habíamos encontrado un motivo (o era una excusa, no estoy seguro) para volver a juntarnos y realizar, nuevamente, una actividad juntos.

    En resumen, las relaciones humanas que se crearon con estos proyectos han sido uno de los placeres que nos han motivado para trabajar, y tengo que decir que, para trabajar duro, muy duro, pero no hay nada que se haga difícil o duro si lo haces a gusto, “sarna con gusto no pica”.

    Pero hay que aclarar que además en estos proyectos, en concreto en el sector vitivinícola rumano, nos hemos llevado la alegría de ver como un sector se modernizaba, adaptándose a las normas de la Unión Europea y con un éxito total. Cómo han usado la entrada en el mercado común para adaptar sus estructuras productivas y modernizar su sector hasta niveles que son realmente increíbles, el aprovechamiento de las oportunidades que se les presentaron con la entrada en la Unión Europea para mejorar la estructura productiva y ver como los beneficios de esto, se trasladaban a los empleados y a la población de las zonas rurales donde se asientan las bodegas. El viñedo es uno de los cultivos que por su necesidad de mano de obra fija, lleva más población a las zonas rurales, y esto supone una alegría y un orgullo porque, como buenos humanos, rápidamente pensamos que algo de esto lo hemos hecho (o al  menos hemos ayudado a hacerlo) nosotros y nuestros compañeros rumanos.

    Y cuando hablo o escribo como ahora es el caso, de los compañeros rumanos hay que hacer constar que es solo son una parte del todo, porque este escrito no estaría completo sin nombrar las relaciones que hemos desarrollado entre el equipo de españoles que nos desplazábamos a Rumania. Si alguien piensa que era lógico que siendo ya compañeros y amigos fortaleciésemos las relaciones personales, no se puede imaginar hasta qué punto lo hemos desarrollado y eso que el trabajo nos hacía muchas veces poner a prueba nuestra amistad, porque no siempre coincidían los intereses de cada uno, todos queríamos que los recursos fuesen a nuestra parte del proyecto, todos considerábamos que nuestra parte era la más importante y a la que había que dar prioridad hasta que… Llegado el momento del descanso, nos juntábamos para contarnos cómo nos había ido el día, cuáles habían sido nuestros problemas y sobre todo para disfrutar de nuestra compañía mutua.

    Por todo esto ya serian buenos los proyectos, pero aún han tenido otro factor más y no menos importante, aunque no tan evidente, el aprendizaje de los que nos suponíamos expertos, cuando nos enfrentábamos a un nuevo reto teníamos que repasar uno por uno todos los principios que regían nuestro trabajo y viéndolo desde fuera era el momento ideal para ver como hacíamos las cosas y descubrir las oportunidades de mejorar nuestro trabajo.

    Resumiendo: 5 años de proyectos, 13 años relacionándonos sin proyectos, muchas llamadas, muchos correos, muchos viajes y 700 palabras en este escrito. Mañana volvería a empezar.

     

    José Javier Ocón Berango

    Experto en Registro de Viñedo de la Consejería de Agricultura de La Rioja en los proyectos de hermanamiento en Rumania.

  • 25 junio 2020

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    “El reto global está servido: el aumento de la brecha de género es una realidad”

    Icíar Bosch, Jimena Cazzaniga y Ana Cirujano, compañeras de la FIIAPP que también forman parte del grupo de género de la Fundación, nos relatan cómo ven peligrar la igualdad de género a nivel global debido a la crisis generada por la COVID19

    Mujeres de la FIIAPP

    Es una realidad que la crisis generada por la COVID19 pone en peligro los avances de la Agenda 2030, especialmente aquellos ligados a la igualdad de género. La FIIAPP, en esta compleja coyuntura, apuesta, a través de su saber hacer, por no dejar atrás a las mujeres. Tal y como nos señalan las cifras, las mujeres están más expuestas al virus y a sus impactos sociales y económicos: aproximadamente el 70% del personal sanitario en el mundo son mujeres, así como el 80% del personal doméstico y de cuidados. Por otro lado, la atención a familiares dependientes recae en mayor medida sobre ellas. Por si esto fuera poco, son las mujeres quienes representan el mayor porcentaje de personas trabajadoras informales y a tiempo parcial en todo el mundo.

    La FIIAPP puede aportar soluciones en materia de políticas públicas desde una perspectiva de género

     En la FIIAPP contamos con algunas experiencias en las que, fortaleciendo las políticas públicas en el marco de la igualdad de género, se busca mejorar la vida de la ciudadanía. Por ejemplo, durante esta crisis se constata un menor acceso a la salud sexual y reproductiva y un grave aumento de la violencia de género; la FIIAPP trabaja en este ámbito desde diferentes perspectivas como el apoyo en la creación de un departamento de Violencia de Género en el seno de AMERIPOL.

    Por otro lado, el área de gobernanza democrática del programa EUROsociAL+ ha puesto en marcha acciones innovadoras como la incorporación del enfoque de género en los sistemas de transparencia y acceso a la información, el acceso a la justicia de grupos de mujeres especialmente vulnerables o el acompañamiento a los países latinoamericanos en la puesta en marcha de presupuestos con enfoque de género como instrumento para reducir desigualdades.

    Consideramos que la necesidad de empoderamiento de las mujeres en momentos de crisis como el actual es un elemento central a la hora de plantear estrategias de desarrollo. En ocasiones, a esta situación se suman los efectos concretos de una violencia específica contra ellas. Otro ejemplo es lo que ocurre en la región del Sahel, donde las mujeres ven sus derechos limitados de manera sistemática. En el proyecto GARSI SAHEL, la FIIAPP cuenta con un enfoque de género, no solo para la protección específica de las mujeres en situaciones de conflicto, sino también como apuesta por el empoderamiento femenino en el campo de las fuerzas de seguridad y el aumento de la presencia de mujeres en estas unidades.

    También sucede que el discurso general que enmarca la crisis del coronavirus es profundamente masculino y plagado de símiles bélicos, en contraste, la comunicación con equidad debería estar presente y extenderse a la utilización de un lenguaje inclusivo que visibilice a las mujeres y las niñas. En la FIIAPP, tanto desde su departamento de comunicación, como desde varios programas, se mantiene una apuesta firme por el uso de un lenguaje que no discrimine. Por ejemplo, el proyecto Intercambio de experiencias UE-Cuba para la promoción de las fuentes renovables de energía y la eficiencia energética en Cuba, cuida el lenguaje inclusivo cada vez que comunica mediante una invitación, presentación, etcétera.

    Es por eso que, en un momento donde se percibe la inclusión de la perspectiva de género como un aspecto secundario, se ponen en valor proyectos como Convivir sin discriminación, un enfoque basado en los derechos humanos y el género en el que la FIIAPP aporta una asistencia técnica especializada en género. Tras un profundo diagnóstico, se han desarrollado una serie de herramientas que permiten a todas las personas e instituciones integrar la perspectiva de género a lo largo de toda la intervención. Esto ha permitido tener pautas concretas que permiten asegurar la incorporación de la perspectiva de género en cada tarea, proceso, actividad y resultado del proyecto. Fruto de todo este trabajo, el proyecto ha conseguido que las candidaturas paritarias sean consideradas como mérito en los procesos de contratación de la FIIAPP.

    Pero a pesar de la enorme cantidad de información desarrollada en la crisis de la COVID19, son muy pocos los análisis que contienen datos sobre la situación de las mujeres, que de nuevo son invisibilizadas. El impacto de género en las diversas crisis, incluida la climática, es un hecho innegable. En el marco de programas gestionados por la FIIAPP como EUROCLIMA+, se impulsan iniciativas que tienen en cuenta la perspectiva de género en concreto a través de la recopilación y el uso de información desglosada por sexo, el establecimiento de indicadores sensibles al género, la creación de métodos de participación y consulta de las mujeres.

    Como bien comentábamos al principio, las mujeres ocupan en un gran porcentaje empleos precarios e informales, muchos de ellos ligados a tareas del cuidado no reconocidas. La solución a la crisis actual pasa por posicionar estos empleos y empoderar económicamente a las mujeres. Por ejemplo, el programa Bridging the Gap (BtG), consciente de las múltiples discriminaciones, está trabajando para mejorar la empleabilidad de mujeres con discapacidad o que tienen alguna hija o hijo con discapacidad. El empoderamiento, como en otras acciones de la FIIAPP, está en el centro de la acción de BtG para lograr la autonomía de las mujeres.

    Estas iniciativas,  demuestran que la materia prima existe. Sin embargo, es necesario, por un lado, sistematizar y visibilizar este trabajo y, por otro, poner esta experiencia al servicio de una estrategia de género.  En este sentido, la FIIAPP está trabajando, con el acompañamiento de un grupo de profesionales de la entidad, en la elaboración y puesta en marcha de su I Plan de Igualdad. Esta herramienta tiene un doble objetivo interno y externo: el fomento de la igualdad de género en el seno de institución, así como dotarse de herramientas y procesos que permitan que ésta se incorpore sistemáticamente en los proyectos que gestiona la entidad.

    Con la llegada de la pandemia y la puesta en marcha de diferentes medidas de urgencia para hacerle frente, el reto global está servido: el aumento de la brecha de género es una realidad. Es nuestra responsabilidad trabajar para minimizarlo, en la igualdad de género se encuentra la solución.

    Icíar Bosch, Jimena Cazzaniga y Ana Cirujano

    Técnicas de proyectos e integrantes del grupo de género de la FIIAPP

  • 23 junio 2020

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    BioCubaFarma constituye el principal grupo empresarial del sector biofarmacéutico cubano

    El sector biofarmacéutico de Cuba ha logrado dar pasos muy significantes en plena COVID19. Darien García nos lo relata a continuación

    El experto del proyecto Intercambio de Experiencias Cuba-UE II, Darien García Díaz, nos comparte los importantes avances que el programa está teniendo en el sector biofarmacéutico cubano en el actual contexto de la COVID19. También, relata cómo el programa ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias para continuar con su funcionamiento y la cooperación conjunta.

    Compuesto por más de 30 instituciones, BioCubaFarma constituye el principal grupo empresarial del sector biofarmacéutico cubano. Su estructura, que incluye centros de ciclo cerrado, posibilita la generación de ideas para la creación de productos innovadores, su desarrollo, producción, y comercialización, potenciando además la formación de jóvenes profesionales a través de sus programas académicos y de su estrecha colaboración con el Ministerio de Salud Pública y el sistema educacional cubano. Los productos obtenidos en sus instalaciones tienen como principal prioridad el suministro a las redes nacionales de farmacias y hospitales, y en segundo lugar, constituyen un importante renglón de exportaciones que por su calidad, ha contribuido a ganar un merecido prestigio internacional. Áreas tales como el cáncer, complicaciones de la diabetes, enfermedades autoinmunes y enfermedades infecciosas, son abordadas con éxito a través de sus programas de investigación.

    La necesidad de evaluar correctamente la eficiencia de estos productos a través de sus costos y efectos terapéuticos mediante herramientas farmacoeconómicas, condujo al inicio de una relación de colaboración exitosa con la Unión Europea, a través del Programa de Intercambio de experiencias coordinado por la FIIAPP y el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de Cuba (INIE). Se están llevando a cabo más de 8 acciones con expertos internacionales del campo durante el período 2018-2020, en cuya coordinación la Universidad Carlos III de Madrid ha desempeñado un papel fundamental, han conducido a la formación de 21 especialistas cubanos que se han insertado en la consecución de importantes objetivos para BioCubaFarma. Entre los principales resultados obtenidos resalta la evaluación económica del Heberprot P para úlceras de pie diabético en el contexto mexicano, que permitió su aceptación por las entidades regulatorias correspondientes; la evaluación económica del nimotuzumab para cáncer de cabeza y cuello; y los estudios de costos de los programas de vacunación contra rotavirus y pneumococo en Cuba.

    En medio del actual contexto epidémico donde la COVID19 ha conducido a una situación de crisis internacional para la economía y los sistemas de salud, la identificación de acciones que posibilitaran la acelerada implementación de programas de combate frente al virus y la adecuada toma de decisiones se ha convertido en una prioridad para el Programa de Intercambio de Experiencias y para BioCubaFarma. El evento internacional “Virtual ISPOR 2020 HEOR: Advancing Evidence to Action” surge como una oportunidad única que se inserta dentro de esta estrategia. Las sesiones incluyeron una conferencia plenaria sobre la investigación de los resultados y aspectos económicos relacionados con la COVID19, además de temas acerca de los retos de las políticas de salud, la toma de decisiones clínicas y los nuevos diseños para estudios de costo-efectividad. Se expusieron casos prácticos como el del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas de Singapur y su centro de detección y capacidades ambulatorias. Además, durante la presentación, se explicaron las estrategias para detectar casos sospechosos durante los brotes y los protocolos para segregar pacientes en distintos niveles de riesgo para impedir la infección cruzada.

    La naturaleza virtual del programa permitió, a través de la participación de un especialista cubano como delegado, el intercambio con figuras de primer nivel y el acceso a las más de 60 horas de conferencias que permanecerán como un material de referencia para la empresa cubana y otras entidades internacionales interesadas. Adicionalmente, se tramitó la membresía en ISPOR para el especialista cubano participante, lo que posibilita el acceso a publicaciones líderes de la temática, a eventos virtuales adicionales y a redes de intercambio en esta disciplina que tendrán un impacto positivo para BioCubaFarma.

    La continuación de las acciones del Programa de Intercambio de Experiencias con la Unión Europea en el contexto actual internacional representa, sin lugar a duda, una importante acción de cooperación que permitirá elevar el estándar de científico, económico y social de la empresa biofarmacéutica cubana.

    Darien García Díaz, especialista del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de BioCubaFarma y contraparte en el Programa de Intercambio de Experiencias Cuba-UE II.

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  • 11 junio 2020

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    La COVID-19 y el sistema penitenciario en América Latina

    Iñaki Rivera y Alejandro Forero, del Observatorio del Sistema Penal y Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona, cuentan su experiencia trabajando junto al proyecto europeo EUROSociAL+ en coordinación con la AIDEF

    Fotografía cedida por Defensa Penal Pública de Chile

    Este proyecto busca promover el acceso a la justicia y a la salud de las personas en las cárceles que viven hoy bajo condiciones de hacinamiento, padeciendo tratos inhumanos o degradantes e incluso torturas.  Los expertos nos relatan como la pandemia ha acentuado aún más las malas condiciones de vida de los reclusos, generando una emergencia carcelaria en la cual no se puede garantizar el derecho a la vida y nos dejan una serie de recomendaciones internacionales para afrontar el problema.

    Hace aproximadamente un año, en febrero de 2019, publicábamos un artículo en el que dábamos cuenta de los trabajos realizados por parte del Programa de la Unión Europea EUROsociAL+, en coordinación con la Asociación Interamericana de Defensorías Públicas (AIDEF), para el diseño de un Modelo Regional de atención a víctimas de violencia institucional en prisiones. Anunciábamos ya entonces un proyecto para crear un Sistema de Registro, Comunicación y Atención Integral a Víctimas de violencia institucional carcelaria (SIRCAIVI) en varios países de América Latina. Depositábamos entonces grandes esperanzas en que el mismo, si se implementaba como nueva política pública, podría ser muy útil para promover un verdadero acceso a la justicia y a la salud (física y psíquica) de quienes en las cárceles puedan padecer tratos inhumanos o degradantes e, incluso, torturas.

    Recientemente, este proyecto se ha puesto en marcha por EUROsociAL+ en Argentina, Chile y Costa Rica, en coordinación con las Defensorías Públicas de estos países.  Quienes llevamos años trabajamos desde el Observatorio del Sistema Penal y Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona en estas cuestiones, sabemos de la importancia del monitoreo permanente de las instituciones penitenciarias para promover una revaluación de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad. Si entonces el proyecto era importante para cumplir con esa finalidad, la actual emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 en las cárceles, lo convierte en una prioridad.

    Si hace un año ya dábamos cuenta de la grave situación de hacinamiento en las cárceles de América Latina, donde la ratio media de personas presas por cada cien mil habitantes era de 387, cuando la media mundial era de 144, un año después asistimos a unos sistemas que han batido casi todos los récords de crecimiento a nivel mundial. Desde el año 2000, mientras a nivel global la población encarcelada ha crecido un 24% de media, en América Latina ha crecido un 121%, un 67% en los países de América Central y un espectacular 175% en América del Sur.

    Emergencia carcelaria

    Pero el problema no es sólo de tipo cuantitativo, sino cualitativo, donde a esa falta extrema de espacio se suma a graves carencias de tipo sanitario, alimenticio y de seguridad, generando ambientes insalubres donde resulta fácil la propagación de enfermedades y donde, además, los conflictos entre personas presas y entre estas y el personal penitenciario hacen de las cárceles lugares donde la violencia institucional es una situación de normalidad. No en vano asistimos a tristes noticias de motines e incendios en cárceles que se saldan con la muerte de decenas o cientos de personas. No en vano en varios países se ha llegado a declarar públicamente la situación penitenciaria como de “emergencia carcelaria” o de “estado de cosas inconstitucional”. Por ello, si desde empezado el siglo XXI las cárceles de la región se han convertido en una bomba de relojería donde su colapso no permite ni siquiera garantizar el derecho a la vida o a la integridad física y mental de sus habitantes, la aparición de la COVID-19 solo llega para dar el último empujón al contador.

    La combinación de esta nueva emergencia sanitaria con la existencia estructural de altísimos niveles de hacinamiento carcelario en América Latina, representan una alarma que debe ser inmediatamente atendida. Numerosos pronunciamientos internacionales se están publicando estas últimas semanas en esa dirección. Desde las Naciones Unidas, su Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha hecho un contundente llamado a la reducción demográfica en las cárceles. Lo propio ha sido indicado por el Subcomité para la Prevención de la Tortura de la ONU. En el ámbito europeo, el Comité para la prevención de la tortura y otros tratos o penas inhumanas o degradantes ha alertado acerca de la responsabilidad por velar por el derecho a la salud en las cárceles. Por cuanto hace a América Latina, tanto la Comisión como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, han publicado declaraciones, recomendaciones y advertencias en torno a ello. Todos esos pronunciamientos (de organizaciones como Amnistía Internacional, Prison Reform International o Human Rights Watch), coinciden en la necesidad de potenciar medidas alternativas o extra-penitenciarias; la necesidad de ampliar el concepto del derecho a las comunicaciones entre estas personas y sus familiares; la consideración de que la estancia en prisión en las actuales circunstancias y en países con sobrepoblación penitenciaria puede comportar el sometimiento de las personas presas a tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, las cuales deben ser combatidas y la necesidad de fortalecer el derecho a la salud de las personas presas.

    El Derecho Internacional de los Derechos Humanos pone el énfasis en la “posición especial de garante” en que se encuentran los Estados frente a los derechos de las personas privadas de libertad. Esto quiere decir que es su obligación garantizar la salud de las personas presas, así como el cumplimiento de medidas que se exigen para la sociedad en libertad, como las de distanciamiento social. Pero en cárceles sobrepobladas, esto es simplemente una quimera. No hay alternativa: deben ponerse en práctica planes públicos de acción dirigidos a la reducción drástica de la población encarcelada.

    Recomendaciones internacionales

    El Magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el prestigioso penalista Raúl Zaffaroni, afirma de manera tajante que no podemos engañarnos: “aquí se juegan miles de vidas humanas y nadie podrá alegar en el futuro que lo ignora, puesto que todos tenemos plena consciencia de la ilicitud de esas penas en esas condiciones de cumplimiento, y si no se procede a hacer lo correcto, es porque dolosamente se está consintiendo la posibilidad de muerte de miles de personas, más de la mitad de las cuales, en nuestros países, ni siquiera están condenadas. Estamos ante la inminencia de una hecatombe y los Estados que permitiesen la muerte de miles de personas en sus prisiones superpobladas, serían responsables internacionalmente, sin perjuicio de que sus autoridades resultasen responsables de delitos masivos de abandonos de personas. No nos olvidemos que dejar morir a miles de personas, con clara consciencia de que inevitablemente ese sería el resultado de su inacción, omitiendo las medidas urgentes reclamadas por todos los órganos responsables del mundo, sería una conducta típicamente dolosa de abandono masivo de personas, claramente caracterizada como crimen de lesa humanidad”.

    Frente a semejante panorama, creemos que la implementación del SIRCAIVI debe incluir acciones dirigidas a reducir el impacto de la pandemia en las prisiones de América Latina. Especialmente en cuanto la misma pueda directamente incidir en el concepto de violencia institucional carcelaria. Es en tal sentido que las Defensorías Públicas de Argentina, Chile y Costa Rica (que es donde se localizará el SIRCAIVI) pueden ver reforzado su rol de protección de los derechos de las personas privadas libertad, asumiendo tareas de registro de las incidencias provocadas por la pandemia, monitoreando su evolución, y ofreciendo información a estas personas y sus familiares.

    En concreto puede y debe ser monitoreado el cumplimiento de recomendaciones internacionales. Esas medidas también están siendo reclamadas en países de la Unión Europea con distinto grado de aceptación.

    La pandemia es global. Las vías para afrontarlas también deben seguir una hoja de ruta común que es la que proviene de las recomendaciones internacionales. Cumplirlas a tiempo, antes que sea demasiado tarde, constituye no sólo un deber jurídico sino un imperativo ético en el que nos jugamos la civilización contemporánea.

    Alejandro Forero Cuéllar e Iñaki Rivera Beiras, del Observatorio del Sistema Penal y Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona; y expertos del Programa EUROsociAL+.

  • 21 mayo 2020

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    “A veces, dar un paso atrás permite después pisar más firme”

    Alma Martín, técnica de apoyo del proyecto de Intercambio de experiencias UE-Cuba  para la promoción de las energías renovables nos pone al día de cómo se han replanteado las actividades programadas para esta promoción en el país caribeño. Nos ofrece su visión sobre cómo transformar las limitaciones que provoca la COVID en ventajas para el proyecto.

    Diseño de la planta de la bioeléctrica de Ciro Redondo (Ciego de Ávila) que ya genera electricidad a partir de leña de marabú

    Participar en la gestión de un proyecto de cooperación internacional es un trabajo fascinante, aunque en ocasiones, las prisas y los plazos no permiten disfrutar el trabajo que hacemos ni dimensionar la gran diferencia que su puesta en marcha supone para los beneficiarios del mismo. Sin embargo, un suceso trascendental como la irrupción de la COVID19 en nuestras vidas, trastoca las planificaciones y previsiones que todos pudiéramos tener. No hay análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas) que prevea un contexto como el actual. Y a pesar de la gravedad de la situación y los problemas a los que nos enfrentamos, es precisamente ahora cuando surge una oportunidad que no podemos desaprovechar: abordar de forma minuciosa aspectos importantes de las actividades que realizamos, prestarles mayor atención si cabe y dedicarles más tiempo que nunca, para asegurarnos de que cuando podamos ponerlas en marcha, tengan el éxito que esperamos.

    Una de las actividades más importantes que se desarrolla este año en el proyecto de Intercambio de experiencias UE-Cuba para la promoción de las fuentes renovables de energía y la eficiencia energética en Cuba en el que trabajamos desde la FIIAPP, es el “Fórum de energía sostenible de Cuba” cuya segunda edición estaba prevista en junio de este año; las circunstancias actuales han hecho necesario cambiar las fechas, posiblemente a noviembre de este año. El Fórum, organizado por el Ministerio de Energía y Minas de cubano, la Delegación de la Unión Europea de Cuba y con el apoyo de Fira Barcelona, se realizará en el recinto ferial PABEXPO (La Habana).

    Días antes, se realizarán en la ciudad de Santa Clara una serie de actos paralelos dirigidos a la promoción de la inversión extranjera en las bioeléctricas (organizados por el grupo estatal AZCUBA) y a la integración de las Universidades del Caribe y Cuba (organizados por la Universidad Central de las Villas) que incluirán una visita a la bioeléctrica de Ciego de Ávila.

    Aprovechando este receso forzoso, estamos ultimando los detalles para asegurar que este foro sea de nuevo un éxito, y ofrecer a instituciones y universidades cubanas y de la región un espacio de encuentro y diálogo donde más de 150 personas podrán intercambiar experiencias y los últimos conocimientos del sector. A través de los talleres previstos en torno a cuatro grandes temas (energía termosolar, movilidad eléctrica, acumulación de energía y eficiencia energética) expertas y expertos nacionales e internacionales de reconocido prestigio en la materia, abordarán junto con personal institucional cubano y directivos de organismo regionales e internacionales, la situación actual y desarrollo de las tecnologías, así como los avances y acuerdos internacionales dentro del sector, lo que sin duda favorecerá la puesta en marcha de la nueva política de modernización energética del país.

    El Foro se suma así a los esfuerzos del país y del MINEM de incorporar la eficiencia energética y las fuentes renovables de energía. Entre los objetivos de la nueva política energética, se espera en 2030 incrementar las energías renovables en la generación eléctrica en un 24 %, producir 7 mil 316 GWh/año, sustituir 1,75 millones de toneladas de combustible fósil y dejar de emitir 6 millones de toneladas de CO2/año en el país.

    A veces, dar un paso atrás permite después pisar más firme y dar el salto que asegura conseguir nuestros objetivos. Sobreponiéndonos a la adversidad y aprovechando la ocasión que se nos presenta, aportaremos mucho más a este proyecto y llegaremos mucho más lejos de lo que nos habíamos propuesto.

    Alma Martín Pérez, técnica de apoyo del proyecto de Intercambio de experiencias UE-Cuba para la promoción de las energías renovables.

  • 30 abril 2020

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    El futuro lo tejemos juntos

    Shedy Plaza, del programa Eurosocial+, nos hace partícipes de sus pensamientos durante el confinamiento. Un texto que nos invita a abrir nuestras mentes a una reflexión serena y profunda sobre los cambios que podría implicar la pandemia y la necesidad de que la cooperación siga contribuyendo a construir un futuro mejor.

    Fotografía de la autora del artículo, Shedy Plaza

    En la casi séptima semana de mi confinamiento, desde mi recién descubierto y permanente espacio no elegido en el que, por motivos ajenos a mi voluntad, tengo que trabajar, asisto exhausta e incluso incrédula por momentos al despropósito causado por el llamado El COVID-19, comúnmente, llamado Coronavirus.

    A veces quiero despertar de semejante pesadilla y no puedo, quiero soñar que es una novela o una película de ciencia ficción pero no es así, es real, estoy siendo espectadora de los aspectos más sórdidos y desagradables del envite que nos está haciendo perder todo lo que habíamos logrado, todo lo que habíamos soñado o lo que queríamos alcanzar. Y me pregunto ¿y ahora qué?

    Me cuesta pensar que tan Coronado bicho nos conduzca hacia lo que el mundo anglosajón llama appeasement (apaciguamiento) ser espectadores de lo que está pasando sin hacer nada  o casi nada y nos conduzca hacia un idealismo que haga chocar la realidad y al desengaño. La realidad de lo que estamos viendo y/o padeciendo cada uno en nuestros propios contextos y el desengaño  de esperar que cambien las cosas y quedarnos a la espera permanente.

    Hace ya algunos meses tuve el privilegio de asistir a una actividad  organizada por EUROsociAL + en Antigua Guatemala, en la que puede presenciar como diferentes actores sociales de diferentes ámbitos sociales, políticos y culturales,  conversaban, comparaban  y exponían como en diferentes países y diferentes contextos, la desigualdad, la desconfianza, la falta de transparencia, los recursos y desniveles de riqueza e incluso la corrupción empañaban las democracias, generando falta de confianza en las Instituciones y al mismo tiempo compartían y buscaban sinergias para seguir luchando por un  proyecto común.

    Nuevos actores, nuevos espacios,  siempre han marcado los lineamientos del programa y en general de la Fundación y en esos lineamientos y espacios está, precisamente, el tejido que se nutre de la cooperación, la solidaridad y la ayuda mutua, donde la estabilidad y la moderación producen y  producirán transformaciones sociales quizás nunca imaginadas, donde la sobriedad y la verosimilitud se basaran en la realidad cotidiana, alcanzada dando pequeños grandes pasos y siempre con un realismo que describa la realidad social donde vivimos, tejiendo confianza, basada en la igualdad de oportunidades, el sentido de pertenencia y la solidaridad,  siendo tejedores de esa confianza que nos espera, que nos invita a seguir trabajando por nuestro futuro entre pares  y por el de los demás.

    Nos esperan nuevos retos, nuevos propósitos, nuevos horizontes, nuevas metas.   De eso se trata, de no soñar, de no idealizar, sino de tejer el futuro juntos, de acompañar demandas estratégicas, seguir sumando y apoyando las redes y planes de trabajo, donde la cooperación en este caso, como elemento vital y esencial, como recurso, nos hace agruparnos y compartir el mismo telar, ahora más que nunca.

    Shedy Plaza, técnica de apoyo de la oficina del programa  EUROsociAL +

     

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