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26 agosto 2014
Posteado en : Opinión
José Jaime de Domingo, director técnico del proyecto MEDIPIET en el Instituto de Salud Pública Carlos III, explica en este artículo los objetivos y acciones a desarrollar por el programa que dirige y que tiene como objetivo formar a los países del mediterráneo para intervenir en caso de una crisis epidemiológica.José Jaime de Domingo, Technical Director of the MEDIPIET project at the Carlos III Public Health Institute, explains in this article the objectives and actions to be developed by the programme he directs, which aims to provide training to Mediterranean countries so that they can intervene in the event of an epidemiological crisis.
La reciente epidemia de Ébola en África del Oeste, junto con otras alertas sanitarias como MERS-Cov en Oriente Medio y el aumento de casos notificados de polio en lugares donde se había declarado eliminado, demuestra la importancia de desarrollar procedimientos estandarizados de prevención y control de enfermedades en la Región con el fin de implementar una respuesta internacional coordinada frente a estos riesgos para la salud pública.
Como es de todos sabido, las amenazas biológicas no tienen fronteras y el notable incremento del trasiego de personas, animales y mercancías que se está produciendo en todo el mundo, nos hacen cada vez más vulnerables a los riesgos biológicos.
El Programa Mediterráneo para la Formación en Epidemiología de Campo, MediPIET, es un programa de cooperación en Salud Pública dirigido a formar epidemiólogos en los países no pertenecientes a la UE que forman parte de la cuenca Mediterránea.
La iniciativa de crear este programa de formación surge de la demanda de los países socios para paliar sus déficits en personal cualificado a la hora de hacer frente con solvencia a las amenazas epidemiológicas que pudieren afectar a sus países o países aledaños y a la necesidad de armonizar la respuesta técnica, entre ellos y con la UE, utilizando procedimientos comunes y canales de comunicación unificados y entendibles, es decir, hablar un mismo “idioma epidemiológico” en todo el Mediterráneo.
La Comisión Europea (CE), como pilar de la Unión Europea (EU) encargada de llevar a cabo las políticas de salud y de cooperación para el desarrollo es quien financia el Programa a través de la Dirección General de Desarrollo y Cooperación (EuropeAid-DEVCO). DEVCO aporta las pautas, sinergias y complementariedades necesarias para que el Programa sea reconocido, apreciado y aprehendido por los países participantes, mientras que la DG de Salud y Consumo, DG SANCO, a través del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha generado y aportado los conocimientos científicos y técnicos para que la ejecución del Programa consiga los resultados de mejora en cantidad y calidad de los epidemiólogos de campo en los países socios del Programa.
MediPIET es un proyecto de cooperación en seguridad sanitaria que se enmarca en las políticas de cooperación internacional de la UE y en el Instrumento de Estabilidad[1], a través de la activa participación de los Centros de Excelencia NRBQ[2] y que beneficia a: Albania, Armenia, Argelia, Bosnia i Herzegovina, Egipto, Georgia, Jordania, Kosovo, Líbano, Libia, Macedonia, Marruecos, Moldavia, Montenegro, Palestina, Serbia, Túnez y Ucrania. Además, Israel y Turquía participan como observadores.
España es líder del proyecto a través de un Consorcio formado por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), institución vinculada a la cooperación internacional, cuyos principales cometidos en este Proyecto son la interlocución con la Comisión Europea, llevar a cabo las tareas técnicas, logísticas y hacer el seguimiento presupuestario, y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), vinculado al desarrollo de las políticas de salud pública y cuya principal tarea en el Proyecto es la de asesoramiento científico-técnico de las actividades, principalmente las de formación de epidemiología de campo.
Dentro del ISCIII, es el Centro Nacional de Epidemiología quien se responsabiliza de las tareas anteriormente mencionadas, en coordinación con el ECDC, organismo europeo que asume la coordinación científica.
Los Objetivos que el Programa se ha propuesto cumplir son los siguientes:
1. Constituir una red de epidemiólogos y formadores en epidemiologia de campo de las instituciones de salud pública de los países participantes, con el fin de reforzar la capacidad de respuesta ante amenazas para la salud pública en el marco del Reglamento Sanitario Internacional.
2. Formar epidemiólogos de campo a cargo de las actividades esenciales de salud pública para la prevención y el control de las enfermedades infecciosas y otros riesgos, con un lenguaje común en la región.
3. Promover la colaboración, el intercambio de experiencias y conocimientos entre los países de la cuenca del Mediterráneo, y el compromiso hacia la sostenibilidad de los programas nacionales y regionales, para garantizar las capacidades de profesionales cualificados en salud pública para responder a los desafíos sanitarios nacionales y transfronterizos.
[1]Financia aquellas políticas que deben contribuir a la preparación y a la reacción ante las crisis de origen natural o humano, así como a la rehabilitación de los países tras una crisis o una situación de inestabilidad.[2]CBRN CoE (Centros de Excelencia nuclear, radiológico, biológico y químico): iniciativa de la UE financiada por el Instrumento de Estabilidad. -
21 agosto 2014
Posteado en : Opinión
No consta como delito en su código penal ni existe un protocolo de actuación de asistencia. La violencia de género en Guinea Conakry es tratada como cualquier otro delito de violencia y sólo se contemplan los casos de violencia física. No hay contemplaciones para la psicológica. Un planteamiento que procede de los 24 años de gobierno del fallecido Lansana Conté y del régimen militar que lo sucedió hasta 2011. Hoy, esta problemática parece colarse entre las prioridades del actual Gobierno que está desarrollando un proyecto financiado por la Comisión Europea (CE), y en el que colabora la FIIAPP, para propiciar la asistencia a las víctimas de violencia de género así como para potenciar la seguridad del país y mejorar la percepción que tiene la población sobre la policía nacional.It's not considered a crime in the criminal code, and there's no assistance action protocol. Gender violence in Guinea Conakry is handled like any other violent crime, and only cases of physical violence are contemplated. There is no room for psychological considerations. An approach that comes from the 24 years of rule by the late Lansana Conté and the military regime that succeeded him and held power until 2011. Today this problem seems to be finding its way into the priorities of the current government, which is developing a project funded by the European Commission (EC), in which the FIIAPP is collaborating, to provide assistance to victims of gender violence, strengthen security in the country and improve the public's perception of the national police force.
El 87% de las mujeres en Guinea Conakry, es decir, 8 de cada 10, sufren violencia conyugal y doméstica en el país africano, según los resultados de una encuesta difundidos por la Dirección Nacional de la Promoción Femenina y de Género. No suelen denunciarlo. Comparten denominador común con otras víctimas de violencia de género en el mundo: tienen miedo a las represalias de su agresor. A lo que hay que añadir la implicación familiar en la resolución del conflicto que se experimenta en el caso concreto de Guinea Conakry.
“Cuando tienen un problema de pareja parece que es de toda la familia. Ésta se involucra y se tiende a la conciliación. Cuando ven que no lo pueden solucionar, en lugar de denunciarlo, acuden a la figura del chief de quartier (jefe de barrio). Éste resuelve los problemas a nivel comunitario y es ahí donde se frenan la mayoría de los casos de denuncia de violencia de género”, explica Elena González, experta enviada por la FIIAPP a Guinea Conakry para participar a corto plazo en el proyecto de la CE con el que el país africano pretende reducir esta problemática.
González asegura que el chief de quartier tiene mucho poder a nivel comunitario y que prefieren solucionar los problemas entre ellos. Esta circunstancia más la desconfianza que la policía genera en la población hace, tal y como indica la experta, que no se denuncien los casos. La era Conté y el posterior régimen militar hicieron de la policía del país un elemento represor para el pueblo. Los agentes policiales, además, accedían al cuerpo sin previa formación y no existían organismos que controlasen su actividad. Esto hacía que la seguridad del país fuese débil y que los ciudadanos desconfiasen de los agentes. Estos aspectos también se quieren paliar con el mencionado proyecto, que gestiona la FIIAPP con la colaboración del Cuerpo Nacional de la Policía y la Guardia Civil. Ambas instituciones se han encargado de formar a personal local en materia de protocolos de actuación en casos de violencia de género y de control de la actividad policial.
“El vínculo entre la policía y los ciudadanos se rompió fruto de la época de la dictadura. El actual presidente (Alpha Condé) busca democratizar las instituciones, y dentro de eso la democratización de la policía”, puntualiza Francisco Gaona, inspector jefe de la Policía que participa como experto en el proyecto.
Falta de recursos
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el país para atajar estas problemáticas es la falta de recursos. “El trato de la policía a las víctimas es el mejor que se le puede dar teniendo en cuenta las condiciones. Están muy sensibilizados con las víctimas, pero cuando quieren hacerles una entrevista, no tienen sitio y se la tienen que hacer en un despacho con otros diez… eso limita el trato de la policía, pero porque no tienen nada que ofrecerles”, comenta Elena González. La falta de ordenadores o incluso de electricidad son otras carencias. Sin embargo, no significa que la causa esté perdida. Cuentan con ONGs y otros servicios como los sanitarios para atender a las víctimas de violencia de género y formar así una red con la que establecer un protocolo de actuación ante este tipo de casos. “Les aportamos nuestro conocimiento sobre la violencia de género, pero nos apoyamos en sus expertos para que les diesen una formación específica con lo que tienen allí. Y destacar que conseguimos llevar a un representante de la comunidad cristina y otro de la musulmana y hablaron de la violencia de género en relación con la religión”, recuerda la experta. No hay que olvidar, además, que en este país se continúa practicando la mutilación genital femenina, declarada como una violación de los derechos humanos de las niñas y mujeres por Naciones Unidas desde su prohibición en 1965. La Dirección Nacional de la Promoción Femenina y de Género apunta que el 95% de la población femenina en el país la ha sufrido. Éste fue otro de los temas abordados por los expertos locales en las formaciones.
También se ha trabajado con el personal local en el establecimiento de una Inspección General de Servicios y de un Régimen Disciplinario para controlar la actividad policial en las comisarías, como los tiempos de detención, el control de informes o llamadas y las posibles infracciones y faltas de los agentes. El objetivo es garantizar a la población el cumplimiento de la normativa. “El problema es que muchos de los policías utilizan el uniforme para cometer actos ilícitos de subsistencia como pedir dinero a los viandantes. Se está luchando contra ese tipo de corrupción y malas conductas”, añade Gaona. Además, se han reconstruido tres comisarías para que cuenten con mejores recursos de asistencia. El país también está a la espera de aprobar el desarrollo de un Estatuto de la policía en el que se establezcan los requisitos para acceder al cuerpo y quiere reactivar su escuela de policías.
Este proyecto tiene carácter piloto y el objetivo es que se extienda por todo el país. “Los pasos son lentos, pero poco a poco se van haciendo cosas que a largo plazo se verán traducidas en una mejor imagen y en una policía más democrática”, concluye Gaona.
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06 agosto 2014
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Educación Fiscal en El Salvador, por Borja Díaz Rivillas FIIAPP/EUROsociALTax Education in El Salvador, by Borja Díaz Rivillas, FIIAPP / EUROsociAL
Descendemos desde San Salvador al Puerto de la Libertad, a 32 kilómetros de la capital. El municipio es un ejemplo de los esfuerzos del país centroamericano por generar espacios de convivencia y servicios públicos de calidad. Su malecón cuenta con un agradable paseo marítimo, un anfiteatro para eventos culturales y numerosos puestos de gastronomía y artesanía. Las familias pasean, frecuentan los restaurantes y disfrutan de vistas panorámicas del océano Pacífico. Los turistas hacen surf. El alumbrado llega a las zonas más deprimidas.
Disfrutar de espacios públicos no es fácil en un país con altos índices de violencia y amplias brechas sociales. Los sectores con mayores ingresos optan por escuelas y hospitales privados; tampoco se comparten los ámbitos residenciales o de ocio. La falta de recursos del Estado salvadoreño acentúa esta situación. El país, uno de los más pobres de América Latina, tiene una carga fiscal baja, un 14,9 % del PIB frente al promedio de la región del 19,4%, el cual es poco más de la mitad que el de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El pago de impuestos en El Salvador se considera con frecuencia una obligación a eludir antes que un deber cívico. La falta de compromiso y la desconfianza en el Estado crean un círculo vicioso. Los Ministerios de Hacienda y de Educación buscan caminos para romper este círculo: la educación fiscal es uno de ellos.
Juan Carlos Ibarra, profesor en el Instituto Nacional del Puerto de la Libertad, nos abre su aula. En 2009 cursó durante siete meses un Diplomado de Educación Fiscal. Ese año la temática fiscal fue incluida por primera vez en los programas oficiales de estudio. Se desarrollaron materiales educativos, cursos de formación de docentes, espacios lúdicos y una semana de la cultura tributaria. EUROsociAL respaldó todo ese proceso; seis años después, volvemos a La Libertad para ver los frutos. El programa salvadoreño de educación fiscal fue galardonado en 2011 con el Premio Nacional a la Calidad y Mejores Prácticas. Hoy día es una referencia internacional.
Juan Carlos manifiesta que, al principio, fue complicado. “Porque a uno, siendo ya adulto, no le gusta que le hablen de impuestos”, confiesa. Sin embargo, el resultado final fue satisfactorio: “Logré comprender, al igual que mis compañeros, la importancia de tributar. El país lo necesita, las comunidades lo necesitan”.
Nos comenta la Viceministra de Educación, Erlinda Hándal, que pocos dimensionan la magnitud de la evasión fiscal y su impacto en la educación, la salud, en los programas sociales que no se realizan o quedan incompletos. “Eso nos golpea”, afirma.
El Salvador necesita políticas que transformen la sociedad; por eso es fundamental educar en fiscalidad. Carolina Quezada, asesora del Ministerio de Educación, señala que los procesos a largo plazo son los que dan mejores resultados.“Podemos tener reformas fiscales, pero si no cambiamos la mentalidad, los cambios no serán sostenibles ni transformadores”, subraya.
La educación fiscal impulsa la comprensión ciudadana de lo importante que es pagar tributos, pero también el derecho a que lo recaudado se utilice de manera eficaz. Con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información, los salvadoreños pueden ahora conocer mejor cómo se emplean sus impuestos. EUROsociAL se ha sumado a este empeño y está participando en un nuevo Diplomado sobre Educación Fiscal, transparencia y acceso a la información, así como en el refuerzo del organismo que garantiza ese derecho.
El profesor Ibarra, como miles de docentes, promueve la cultura fiscal de manera creativa: “Intento que no sea solo técnico, lo vinculo a la realidad, y al final los estudiantes entienden que el pago de los impuestos está relacionado con el respeto a los bienes públicos”.Ibarra pide a los estudiantes que reflexionen sobre la importancia de preservar los materiales e instalaciones de la escuela y no dañar las farolas en el Puerto de la Libertad, farolas que llevan el alumbrado a las zonas más pobres gracias a la solidaridad de todos, y que cuiden las jardineras del paseo marítimo, algunas ya quebradas.
Nos presentan a seis estudiantes que han cursado el Diplomado de Educación Fiscal. Se apasionaron con el tema y ahora, meses después, promueven de manera voluntaria iniciativas cívicas dentro y fuera del Instituto. En un programa de radio difunden sus conocimientos sobre tributación y ciudadanía. Reparten carteles y folletos en los parques, investigan en la alcaldía sobre el destino de los impuestos. Estudian los motivos que llevan a la gente a no pagar tributos. Tienen una página en Facebook y reconstruyen zonas dañadas de su escuela.
Su próximo proyecto es dar charlas en otros siete colegios. Diego es uno de esos estudiantes: “Antes no teníamos conocimiento de lo que era la educación fiscal, ni de los tributos y su destino e importancia”.
Muchos institutos del país son vulnerables a la violencia y los estudiantes afrontan tanto los problemas sociales como las dificultades económicas de sus propias familias. La delincuencia vinculada a las bandas afecta a los centros escolares y, en ocasiones, como sucede en el Instituto de La Libertad, obliga a la presencia de las fuerzas armadas. A pesar de todo, estos jóvenes están motivados para cambiar sus condiciones de vida, para hacer un país mejor. Como destaca Carolina Quezada: “los jóvenes se motivan a partir de los nuevos conocimientos, apropiándose de oportunidades para hacer mejores cosas. Es más, ellos poseen el deseo de transmitir los aprendizajes a otras personas, porque ahora saben del beneficio que conlleva para el país el contar con mayores recursos».
Abandonamos el Instituto de La Libertad, cuyo acceso custodian cuatro militares armados, una escena que contrasta con el mural escolar del muelle de La Libertad, lleno de colores vivos del atardecer.
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30 julio 2014
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Alicia Malo, Comisaria del área de Cooperación Internacional del Cuerpo Nacional de Policía, hace repaso en este artículo a la larga andadura del CNP en esta materia así como de los distintos proyectos que esta institución ha realizado conjuntamente con la FIIAPP.Alicia Malo, Commissioner of the International Cooperation area of the National Police Force, reviews the long track record of the CNP in this area, as well as the different projects this institution has undertaken with the FIIAPP.
La Policía Nacional cuenta con una acumulada experiencia en materia de cooperación internacional que comienza con la adhesión formal en 1928 a INTERPOL. Años después se produjo la incorporación a las entonces denominadas Comunidades Europeas y al espacio Schengen, en 1991, y la consiguiente adhesión a SIRENE, y en 1993 la Policía Nacional se suma a la puesta en marcha de la agencia europea de cooperación policial EUROPOL. En estos años, la cooperación policial internacional se ha reforzado con una mayor presencia y actividad en estos foros y organismos internacionales, con una mayor acreditación de consejeros, agregados y oficiales de enlace. Actualmente la Policía Nacional tiene acreditados consejeros y agregados en 99 países: 36 de Europa, 22 de América, 25 de África y 16 de Asia. Además también hay agentes de la Policía Nacional en las sedes de INTERPOL, EUROPOL, la OLAF, en las instituciones de la Unión Europea, en FRONTEX, en EUROJUST, en la OEA americana, en Naciones Unidas, en la BKA alemana, en el DCPAF de Francia, en la OCRTIS en Martinica, en la Prefectura PAU francesa y en la MAOC-N de Portugal.
Recientemente ha sido creada la División de Cooperación Internacional dentro de la Dirección General de la Policía, hecho que implica fortalecer al más alto nivel la importancia de una colaboración que de hecho el Cuerpo Nacional de Policía siempre ha mantenido como objetivo prioritario.
La nueva División de Cooperación Internacional nace con la idea de aglutinar todas las oficinas y áreas policiales que trabajan en la coordinación y cooperación internacional; fortalecer la red de consejeros, agregados y oficiales de enlace; participar en unidades operativas en investigaciones y operaciones internacionales; reforzar los intercambios de información e inteligencia en el marco de EUROPOL, INTERPOL y SIRENE, o desarrollar la Escuela Iberoamericana de Policía, entre otros objetivos.
El Cuerpo Nacional de Policía y la FIIAPP trabajan conjuntamente en la proyección internacional de la policía española desde el año 1997, fecha en la que presentan conjuntamente un proyecto para Hungría denominado “Police force training programme”.
Desde ese primer proyecto conjunto de carácter internacional, ambas instituciones han presentado propuestas de proyectos a concurso ante la Comisión Europea en innumerables ocasiones, habiendo ganado, ejecutado y finalizado más de 40 proyectos financiados por diversos instrumentos de la Comisión Europea hasta el año 2013, lo que ha favorecido e impulsado la cooperación policial internacional española.
La FIIAPP y el CNP han trabajado conjuntamente respaldando los procesos de estabilización y de asociación de los países candidatos a acceder a la UE, así como de los potenciales países candidatos, desde la Europa de los 15 hasta la actual de 28 Estados Miembros, respetando sus especificidades y los procesos propios de cada uno de ellos, proporcionando asistencia técnica y asesoramiento en la transposición del acervo Schengen, así como en la modernización de las estructuras y procedimientos de trabajo en el ámbito de la seguridad.
Asimismo, la colaboración conjunta de ambas instituciones ha permitido presentar proyectos y ejecutarlos en el marco del instrumento financiero de la política europea de vecindad, dirigido al fortalecimiento de la gobernanza y la cooperación policial transfronteriza interregional en la cuenca del Mediterráneo y otros países limítrofes con la UE. En particular, se ha participado en la instauración y adaptación de las fuerzas policiales, la buena gobernanza y gestión, la aplicación del Estado de Derecho, el respeto de los derechos humanos, la lucha contra el fraude, la corrupción, la delincuencia organizada y el terrorismo en los países receptores de la política de vecindad de la UE.
Las acciones de cooperación exterior conjunta han incluido también el apoyo a la estabilidad de terceros países, haciéndoles partícipes de herramientas, métodos y mejores prácticas policiales que les permita hacer frente a las crisis de seguridad, la rehabilitación tras las mismas o tras una situación de inestabilidad. África está resultando en los últimos años un lugar donde confluye la participación conjunta de ambas instituciones y en donde la seguridad y estabilidad de sus regiones ocupa una parte importante de la acción exterior tanto de la FIIAPP como del Cuerpo Nacional de Policía.
En la actualidad, el CNP con la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas trabajan conjuntamente en la ejecución de actividades de carácter técnico-policial en más de 22 proyectos en diversas regiones del mundo, incluido China. En muchos de dichos proyectos el liderazgo ejercido por España permite el desplazamiento permanente in-situ de funcionarios policiales en diversas regiones del mundo con alto interés para la cooperación internacional de la policía española.
Finalmente, por los especiales lazos de hermandad históricos y el carácter estratégico para nuestro país, queremos dejar reflejado la importante actuación realizada en Iberoamérica y el Caribe con grandes proyectos ejecutándose de la importancia de AMERIPOL, PASS-HONDURAS, así como otros que se inician en el presente años como ENLCD-PERU, en donde la FIIAPP y el CNP con la cobertura de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior lideran en la región Equipos de Trabajo formados por representantes de diversos Estados Miembros de la UE en el marco de instrumentos de financiación de la Comisión Europea.
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30 julio 2014
Posteado en : Opinión
Entrevista a la Directora de Formación del proyecto mediPIET, Mariví Martínez.Interview with the Training Director for the mediPIET project, Mariví Martínez.
Las amenazas biológicas de enfermedades infecciosas se han convertido para la región mediterránea en un objetivo prioritario a combatir. Allí, por ejemplo, hay enfermedades como la polio, que se está recrudeciendo cuando se pensaba que estaba en fase de erradicación. Para conseguir este objetivo, el pasado mes de junio arrancó mediPIET, un proyecto que tiene como fin reforzar la seguridad sanitaria en la región mediterránea mediante la formación de epidemiólogos locales, y que lidera la FIIAPP junto al Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII). Los socios de este proyecto son Albania, Armenia, Argelia, Bosnia Herzegovina, Egipto, Georgia, Jordania, Kosovo, Líbano, Libia, Macedonia, Marruecos, Moldavia, Montenegro, Palestina, Serbia, Túnez y Ucrania.
La Directora de Formación del proyecto, Mariví Martínez, nos detalla qué son las amenazas biológicas y hasta dónde llegan. También desgrana en qué consiste la formación que se ofrece a los epidemiólogos beneficiarios de este proyecto. Detectar e investigar son los pilares.
¿Cuál es la amenaza biológica en la región mediterránea?
Las amenazas biológicas se entienden como el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, especialmente las transmisibles vía persona-persona, a través de animales o de vectores (animales que transmiten patógenos, entre ellos parásitos) como mosquitos. Actualmente, en la región hay enfermedades específicas como la malaria, el coronavirus, el virus del Nilo Occidental, el recrudecimiento de la polio… además de otras prevenibles por vacunación, pero la principal cuestión es que ahora mismo las enfermedades infecciosas no respetan fronteras, y cada vez menos puesto que hay una movilidad enorme entre poblaciones, alimentos… y es muy fácil que se transmitan de un lado a otro. Las situaciones de crisis humanitarias que están cada día afectando más a estos países crean poblaciones de desplazados, irrumpen en los sistemas sanitarios y hacen que los riesgos de enfermedades infecciosas se diseminen más y la capacidad de los países para responder sea menor.
¿Esto hace que la creación de este programa sea necesaria?
Sí. Se ha visto necesaria la formación de profesionales porque hay capacidades desiguales en los distintos países, pero en general hay pocos recursos especializados y cada vez hay más necesidades. Estos programas de formación están diseñados para formar a la gente específicamente en estos temas.
Los profesionales van a participar en el Programa de Formación en Epidemiología orientada a la Intervención de la Salud Pública, ¿qué les va a aportar?
Se orienta la investigación epidemiológica al control de las enfermedades. Su característica es que los profesionales, además de recibir módulos teórico-prácticos, se van a formar a través del servicio práctico en unidades de epidemiología de salud pública supervisados por expertos directamente. Al ser un programa regional, como los problemas de salud pública son ya globales, la coordinación para conseguir estándares de criterios y metodología y la colaboración entre países es fundamental para interrumpir epidemias. Se ofrece un intercambio de capacidades entre los países y trabajar en equipo en una red de profesionales ya formados que puedan ser movilizados fácilmente en caso de que sean necesarios en una amenaza o desastre especial.
Porque se entiende que cada uno de los socios de mediPIET tiene su propio protocolo nacional de interrupción de amenazas…
Todos los sistemas de salud pública tenemos una serie de protocolos de actuación ante una serie de enfermedades, pero aparte de éstos, la epidemiología es una ciencia que está orientada a detectar, investigar, evaluar los riesgos que posee cada amenaza potencial para la salud e investigar cómo se transmiten y qué población está afectada para que las medidas de intervención estén basadas en datos científicos. Para eso, los países necesitamos actualizarnos en nuevas herramientas, en nuevos métodos y en el manejo cotidiano y estandarizado a nivel mundial.
¿Qué supone el Programa de Epidemiología de Campo Español (PEAC), desarrollado por el CNE-ISCIII?
Este programa es el primero de estas características que se implementó en Europa, con apoyo del Ministerio de Sanidad y Consumo, para estandarizar todos los criterios de vigilancia y que todos los profesionales hablásemos el mismo lenguaje, tuviéramos los mismos métodos y ampliáramos nuestros conocimientos en el terreno. Nuestro trabajo supone aportar nuestra experiencia en este tipo de programas y asesorar a la FIIAPP en todos los aspectos técnicos y científicos que así se requieran para orientar la formación.
¿Los formadores de este proyecto van a ser locales?
En la medida de lo posible, sí. Es mucho mejor que sean personas que tienen mayor conocimiento de los problemas a nivel nacional y local, que conocen las costumbres culturales y los sistemas de salud propios, que profesionales externos. Además, ellos serán los que lo tengan que mantener y desarrollar.
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27 julio 2014
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Sara Mercader Perpiñá, del Departamento de Desarrollo Económico y Medioambiente de la FIIAPP, y Alexandra Gil Táboas, del Departamento de Seguridad y Justicia, analizan en este artículo los retos de las Alianzas Público Privadas para el Desarrollo a raíz de las distintas perspectivas debatidas en un coloquio que sobre esta temática se ha celebrado en Madrid.
El pasado 15 de julio tuvo lugar en Madrid la Presentación – Coloquio “Impulso de las Alianzas Público Privadas para el Desarrollo (APPDs)”, organizada por la Fundación CIDEAL y la ONG CONEMUND. Profesionales del mundo empresarial y el sector público se dieron cita para intercambiar ideas sobre este fenómeno. Las APPD´s, cada vez más frecuentes, parecen ofrecer alternativas a la complicada situación que vive el ámbito de la cooperación internacional en cuanto a financiación se refiere, un “momento estimulante” como alguno de los ponentes coincidió en describir. En el acto también se presentaron dos manuales que fueron ofrecidos a los asistentes: una “Guía para la gestión eficiente de Alianzas público privadas con fines de desarrollo”, editada por CIDEAL en colaboración con la AECID, y un “Manual de colaboración entre administraciones públicas, ONGD´s y empresas”, editada por CIDEAL y CONEMUND con la colaboración de la Comunidad de Madrid.
Según la definición que encontramos en el citado manual de gestión de las APPD´s, éstas ayudan a “consolidar los esfuerzos que las Administraciones Públicas, el sector empresarial y la sociedad civil organizada establecen con la finalidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y comunidades”. En la misma línea, en palabras de nuestro compañero de la FIIAPP, Javier Sota, “las APPD´s favorecen el aprendizaje mutuo entre los diferentes actores y el fortalecimiento de capacidades a favor del desarrollo”.
Una característica propia de las APPD´s, y que las distingue de otras relaciones de carácter público privado, es que las partes interesadas comparten objetivos, riesgos y beneficios. Lo que implica que estas alianzas suelen constituirse, según la Fundación de Desarrollo Institucional para las Organizaciones Sociales, en base a los valores de confianza, respeto, transparencia e igualdad. Valores a los que el Programa Nacional de Alianzas de Colombia suma la inclusión y la responsabilidad compartida. Sin embargo, no hay que perder de vista que otro de sus rasgos fundamentales es su gran variabilidad, por lo que no existe una única forma de construir una APPD y que su naturaleza dependerá, en gran medida, del propio carácter de las entidades implicadas en el proceso.
Este no es un fenómeno ajeno a la Cooperación Española, aunque sí reciente. El IV Plan Director (2013 – 2016) publicado por la AECID expone en su apartado V.2 “Desafíos para todos los actores del sistema” la importancia de crear “alianzas incluyentes” entre los diversos actores, así como el papel consolidado del sector privado empresarial en el ámbito de la Cooperación Internacional. Sin duda, este texto se inspira en la Declaración de Busán y en el compromiso renovado a nivel mundial que constituye la Agenda de Desarrollo post – 2015, que contempla la necesidad de que la empresa consolide su papel en la lucha contra la pobreza.
Es importante resaltar, tal y como expresó Emilio Villaescusa (ASCES y CEPES), que a lo largo del proceso de constitución de una APPD, la empresa no debe perder de vista el interés de la alianza en el “bien público”. En esta línea, las APPD´s deben guiar su actuación en base a las políticas públicas de desarrollo y las estrategias internacionales de reducción de la pobreza. Es decir, que sus objetivos se encuadren en los marcos normativos que sobre la materia establecen los gobiernos y autoridades competentes.
El debate sobre las APPDs lanzó como reflexión final que el futuro de la Cooperación al Desarrollo pasa por la consideración del sector privado empresarial como un actor relevante en este ámbito, pues ha dejado de ser un mero testigo para participar activamente en el proceso de desarrollo social.
El coloquio fue guiado por Manuel Gómez-Galán, director de la Fundación CIDEAL. Los ponentes, procedentes del mundo de la Cooperación Internacional y de la empresa, insistieron en la necesidad de promover la creación de APPD´s. En representación de la Cooperación Española intervinieron Juan Luis Revuelta, subdirector general de Cooperación al Desarrollo de la Comunidad de Madrid, y Laura López de Ceraín, directora de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera de la AECID. Del lado empresarial, hablaron Emilio Villaescusa, presidente ejecutivo del Grupo “Asociación para la Cooperación de la Economía Social” (ACES) y miembro de la Comisión Ejecutiva de Confederación Española de Economía Social (CEPES) y, como experta en ”alianzas estratégicas multiactor”, Leda Scott, miembro de la reciente creada “alianzas.red”. El broche final de la jornada lo puso Manuel Pimentel, actual presidente del grupo Almuzara, quien habló a los presentes de la relevancia que en estos momentos supone la apuesta por soluciones innovadoras ante los desafíos que hoy plantea el desarrollo.