Sin ningún lugar a duda, los migrantes internacionales son un importante motor de desarrollo de los países de origen, de ahí la necesidad de contar con políticas públicas que permitan maximizar el impacto positivo de la migración.

Las remesas de los migrantes representan más del 10% del PIB de muchos países en desarrollo y exceden ampliamente el volumen de los flujos de Ayuda Oficial al Desarrollo (Banco Mundial). Las remesas pueden reducir la pobreza en las comunidades de origen así como generar mayores inversiones con el apoyo de unas políticas públicas apropiadas.

La protección social de los trabajadores migrantes constituye otro ámbito en lo que se requiere respuestas específicas por parte de los gobiernos. Numerosos migrantes sur-sur carecen de protección social tanto en los países de origen como de destino, al tiempo que encuentran importantes dificultades para mantener y transferir los derechos adquiridos.  

Adicionalmente, la integración de la dimensión migratoria en las políticas nacionales de formación y empleo puede contribuir al desarrollo de los países de origen favoreciendo la vinculación entre los mercados de trabajo a nivel nacional e internacional.

Por último, el fortalecimiento de los vínculos socio-identitarios entre la diáspora y sus países de origen puede constituir un pilar clave para la participación ciudadana y con ello  enriquecer la diversidad.

Estos aspectos constituyen el núcleo del estudio “Desafíos y prioridades de las administraciones públicas de Cabo Verde, Costa de Marfil, Marruecos y Senegal en materia de migración y desarrollo”, elaborado en el marco del proyecto MeDAO, una iniciativa liderada por la FIIAPP y financiada por la UE y la AECID.

El 12 de junio de 2013 tuvimos el placer de presentar dicho estudio  en Casa Árabe  compartiendo nuestras propuestas con expertos sobre desarrollo, representantes de las administraciones de los cuatros países y con asociaciones de migrantes.

Marzia Cardinali. Coordinadora del proyecto MeDAO

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