Una mañana, una comisaría de Policía Nacional ubicada en España recibe la denuncia del robo de un vehículo. Se trata de un coche de alta gama de la marca Maserati. Las primeras investigaciones permiten identificar el modus operandi utilizado por las personas causantes del robo.  

Pocos días después, se produce un repunte de denuncias de sustracciones de coches de alta gama (Land Rover, BMW, Mercedes…) en varios países de Europa, en los que se había empleado un sistema de robo muy similar. Esta circunstancia hace pensar a los agentes, coordinados a través de EUROPOL, que podían estar enfrentándose a una única organización. Estamos ante un caso de crimen organizado, cuya definición implica que tres o más personas, por un tiempo prolongado y buscando su propio beneficio o poder, cometen una serie de delitos graves. La colaboración entre instancias policiales permite identificar las claves para elevar el caso a instancias judiciales.  

Avanzada la investigación, se descubre que los vehículos fueron utilizados para transportar droga en diversos países de Europa y que la banda que organiza el robo tiene vinculación con una gran red de narcotráfico con presencia transnacional. Acabada la vida útil de ciertos modelos de vehículo poco frecuentes en Latinoamérica, la red los envía en contenedores para su puesta en venta en la región. Seguir la huella del robo y de la venta de está ayudando a desentramar la red de conexiones que utiliza el cartel para tejer relaciones que, hasta la fecha, le han permitido circular su producto. 

¿Cómo operan los delitos conectados a través de las fronteras? 

La descripción narrativa con la que hemos abierto este artículo, basado en situaciones reales, no corresponde a ninguna trama delictiva conocida. Sin embargo, este relato bien pudiera representar una suma de realidades criminales cuyo factor común es el uso de las fronteras como vehículo. Este tipo de hechos constituyen un gran reto para Europa y América Latina. Nuestro objetivo es, por ello, plasmar de manera práctica un conjunto de amenazas complejas, de carácter suprarregional, que requieren de la cooperación de equipos multidisciplinares (policiales, judiciales, penitenciarios, especializados en migración y, principalmente, del ámbito de la gestión pública).  

Hablamos de uno de los grandes obstáculos a la protección de derechos humanos. Un reto complejo, y con múltiples aristas, que desgranaremos a través de voces expertas con una serie de vídeo-conversatorios titulada “Diálogo entre regiones contra el delito en fronteras” y coordinada por el programa EUROFRONT.  

Retos en torno al delito transfronterizo y coordinación entre programas de la UE en Latinoamérica  

En estos vídeo-conversatorios entre expertos UE-LATAM también participan los responsables de cuatro programas financiados por la UE e impulsados por la FIIAPP y sus socios, que se extiende a más de 30 países de Latinoamérica, Caribe y África. Estos coloquios reflejan parte del trabajo que se está llevando a cabo en algunos de estos países, por lo que es una pequeña muestra del gran trabajo de toda la red. 

Todos ellos ubican en el centro de su metodología el intercambio entre especialistas de Europa y de América Latina, de igual a igual, propiciando el desarrollo de capacidades mutuas y la suma de voluntades. Nos lo cuentan cada uno de los responsables de los programas, que definen así su labor: 

– José Antonio Cambronero (EUROFRONT): “Trabajamos para fortalecer y agilizar la gestión de fronteras en siete países socios de América Latina”. 

– Agustín Fernández (EL PAcCTO): “Se trata del primer programa que aborda la cadena penal en su conjunto: nivel policial, judicial y penitenciario”. 

– Manuel Rodríguez (Programa Apoyo a la UE en lucha contra las drogas y crimen organizado en Perú): “Nuestros objetivos son fortalecer las escuelas de policías, jueces y fiscales, aumentar la coordinación interinstitucional y optimizar la inteligencia en la lucha contra el narcotráfico”. 

– Alfredo Díaz Sánchez (SEACOP:  Programa transregional sobre tráfico marítimo ilícito y redes criminales asociadas): “Estamos en 29 países (Latinoamérica, Caribe y África) fortaleciendo la capacitación y los procesos operativos”. 

Como comenta Alfredo Díaz, “es un deber coordinarnos para no duplicar esfuerzos o capacidades y para no afectar al trabajo de los países participantes en el programa”, pues, tal como añade Agustín Fernández, “gestionamos fondos públicos, nos debemos a las necesidades de los ciudadanos, tenemos que coordinarnos, evitar solapamientos, aprender de otros”.   

Crimen organizado, narcotráfico y tráfico de vehículos  

Contamos también con el testimonio de representantes de Argentina, Ecuador, España y Paraguay que participaron en el Encuentro Regional sobre Delito Transfronterizo organizado por EUROFRONT. Como apuntaba Manuel Rodríguez al inicio, “encuentros como el celebrado son fundamentales para la coordinación de acciones, el factor humano es importante, así como el conocer e intercambiar con las personas con las personas junta a las que participaremos en las operaciones”.  

Crimen organizado 

En este diálogo, Álvaro Álvarez Santiago, inspector jefe de Sección de Delincuencia Itinerante de la Policía Nacional de España, y John Esteban Game Villacis, subsecretario de Seguridad Pública del Ecuador, abordan los retos y actividades que desarrollan sus respectivos países en la lucha contra el crimen organizado. 

Por ejemplo, que el Ecuador va a iniciar el proceso de adhesión para contar con un oficial de enlace en Europol, o que Latinoamérica está creando el CLASI (Comité Latinoamericano de Seguridad Interior) para reunir diversos espacios de coordinación policial. Veremos, también, cómo diversas acciones de organización regional “han podido desmantelar organizaciones criminales en varios países de forma simultánea”, en palabras de Álvarez.   

En relación con la percepción de la población civil respecto a la cooperación europea, nos gustaría destacar las palabras Game Villacís: “la ciudadanía necesita acciones contra la delincuencia organizada invisible y la corrupción, no solo contra los delincuentes del día a día”.  

Las conclusiones de este bloque entroncan, a su vez, con lo que nos cuenta Alejandro Ñamandú en el siguiente vídeo: “Sería una torpeza no intercambiar experiencias entre las distintas agencias policiales internacionales”.  

Narcotráfico 

Qué duda cabe de que el narcotráfico ocupa, en numerosas ocasiones, el lugar central en las conversaciones respecto al delito transfronterizo.  En palabras de Alfredo Díaz Sánchez, responsable de SEACOP, “pese a que existen otros flujos ilícitos abordados en este programa, el flujo principal entre América Latina y Europa es la droga”.  

Para ampliar nuestra visión al respecto, asistimos al diálogo entre Juan Antonio Sánchez Jiménez, inspector jefe del Grupo en la Brigada Central de Estupefacientes Policía Nacional de España, y Carlos Alejandro Ñamandú, comisario general, superintendente de Investigaciones Federales y Policía Federal de Argentina.  

Destacamos, para concluir, las palabras de Alejandro Ñamandú: “La investigación no es una ciencia exacta. El intercambio de experiencias es fundamental para crecer como investigador. (…) Las organizaciones criminales están muy especializadas, cooperan mutuamente y por eso los grupos policiales a nivel mundial tenemos colaborar”.  

Volvemos a ampliar el foco con el cuarto y último conversatorio, pues, como nos recuerda Agustín Fernández, de EL PAcCTO, “el tráfico de drogas no es un único delito, afecta a otros crímenes y hay que abordarlos desde un aspecto integral con equipos conjuntos de investigación”.  

Tráfico de vehículos 

Es el delito con el que iniciábamos el artículo y sobre el que ahora podemos conocer más, gracias a los testimonios de Pedro Heriberto Lesme Servín, comisario en el Departamento contra el crimen organizado de la Policía Nacional de Paraguay, y Jorge Carrascal, inspector jefe y jefe de Sección de Crimen Organizado en la en la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional de España.  

Como nos cuenta Jorge Carrascal, “las organizaciones criminales utilizan el robo de vehículos como un fin en sí mismo, revendiéndolo en otros países para conseguir rédito económico”. Además, añade Pedro Heriberto, “cada vez hay vehículos con mayor calidad tecnológica y esto genera nuevos retos”. Ante esta situación, “unos países pueden estar más avanzados en la lucha contra determinados modus operandi, de ahí la importancia de la cooperación”, subraya Carrascal.  

Vemos que uno de los grandes retos es actualizar la formación de los y las agentes. Además, como enfatiza Jorge Carrascal, “tenemos que poner el foco en las fronteras, las organizaciones criminales cambian de países para dificultar la investigación”. Sirva esta declaración como cierre para estos coloquios que ponen la frontera al servicio de los países que trabajan contra el delito transnacional. Entre ellos, los ochos países socios de EUROFRONT (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú), a los que agradecemos su contribución.  

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