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07 mayo 2014
Categoría : Opinión
Avance de Túnez en sus políticas de apoyo a la discapacidad
El Director General de Políticas de Apoyo a la Discapacidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ignacio Tremiño; analiza el proyecto ‘Apoyo a la integración socio-económica de las personas con discapacidad’, liderado por la FIIAPP en Túnez, del que ha sido director por parte de España.The Director-General of Disability Support Policies of the Ministry of Health, Social Services and Equality, Ignacio Tremiño, analyzes the ‘Support for socio-economic integration of persons with disabilities’ project led by the FIIAPP in Tunisia, of which he was the director on the Spanish side.
En enero de 2012, nada más incorporarme a mi puesto como Director General de Políticas de Apoyo a las Personas con Discapacidad, me encontré con el inicio al mismo tiempo de este proyecto en Túnez. Desde ese mismo momento, me pareció una oportunidad de crecimiento y expansión tanto para los profesionales de la Dirección General como para mí mismo. Poder situar las políticas de discapacidad en el marco de la primera de las revoluciones de la primavera árabe era un gran desafío.
A lo largo de estos casi 28 meses, España ha aportado la experiencia de más de 30 años en el desarrollo de un sistema de apoyo a la discapacidad que hace que tengamos una de las tasas más altas de Europa de inclusión escolar de niños con discapacidad; un modelo de inserción laboral que, incluso en una época tan dura como la actual crisis, no solo ha mantenido el empleo de este colectivo sino que incluso ha aumentado…; y sobre todo el dinamismo y capacidad de organización de una sociedad civil que, a través del CERMI y de Fundación ONCE, han hecho de la discapacidad uno de los sectores asociativos más importantes, influyentes y de estrecha colaboración con la Administración y las instituciones del Estado en general.
Así es que creo que este proyecto ha permitido expandir la influencia de la marca España en el ámbito social, algo que también dice mucho de nosotros como país y como sociedad solidaria y comprometida.
En mi opinión, este proyecto ha permitido a Túnez avanzar por una senda iniciada hace tiempo, pero esta vez basada en un enfoque de derechos de las personas con discapacidad, y por primera vez orientada a la planificación estratégica y la coordinación.
Es necesario recordar que Túnez lleva haciendo Políticas de Discapacidad desde hace mucho tiempo; de hecho, tiene una ley de atención a la discapacidad de los 80, como nuestra antigua LISMI. Además, Túnez fue uno de los primeros países en ratificar la Convención de NNUU de Derechos de las Personas con Discapacidad, y voluntariamente fue el primero en pasar por el examen del Comité de seguimiento de este tratado internacional. Por otro lado, Túnez cuenta con una red asistencial bastante amplia y, desde luego, excepcional en términos de su región geográfica.
Creo que, en primer lugar, este proyecto le ha permitido a Túnez avanzar en un enfoque basado en los derechos y la autonomía de las personas con discapacidad. En segundo lugar, le ha posibilitado dar un paso adelante en su sistema de apoyo a la discapacidad y empezar a trabajar la cuestión de la calidad, la planificación y las prioridades. Un ejemplo de estas dos dimensiones lo podemos encontrar en los proyectos piloto que se han hecho en escuelas y centros de educación especial, promoviendo una verdadera escuela inclusiva y ofreciendo posibilidades de concretar la igualdad de oportunidades a los niños y niñas con discapacidad.
Por último, creo que este proyecto ha llegado en un momento excelente a Túnez, justo tras su Revolución y la instauración de un régimen democrático, ya que en este contexto ha sido posible promover en un marco de libertad la colaboración entre el Estado y la sociedad civil, entre la administración y las asociaciones, así como entre el Estado y las empresas. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en las actividades de inserción laboral que hemos hecho y que han promovido varios convenios entre el servicio de empleo tunecino (ANETI) y varias empresas.
Este proyecto, además de colaborar con las reformas de políticas sobre la discapacidad que está realizando Túnez, ha tenido también impacto directo en los ciudadanos, algo que se ha cuidado mucho para ganar tanto en visibilidad como en adhesión e implicación sobre el terreno. Por lo que además de los proyectos piloto comentados en la provincia de La Manouba, que nos ha permitido trabajar con 10 centros educativos, se ha hecho un trabajo de campo con asociaciones, empresas y personas con discapacidad que ha permitido garantizar empleo a varias decenas de personas con discapacidad en el sector privado en seis diferentes regiones, lo que, junto al desarrollo de las dos primeras convocatorias de empleo público para personas con discapacidad, ha cambiado la situación y las perspectivas laborales de las personas con discapacidad en Túnez.
Sin duda, queda mucho por hacer, pero este proyecto ha sido un paso más en un camino que para todos los países constituye un gran desafío y en el que todos tenemos mucho que aportar y aprender.
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