¿Por qué es importante?

La producción y el tráfico de cocaína siguen registrando máximos históricos. La oferta de esta sustancia ilícita se ha intensificado, pero también lo han hecho las incautaciones por parte de las autoridades policiales en casi todo el mundo. Colombia, el principal productor de coca en el mundo, está registrando récord de incautaciones.

Según datos de InSight Crime, organización de investigación y periodismo especializada en crimen organizado, en 2023 Colombia registró las cifras más altas de incautación en América Latina y el Caribe. El país confiscó un total de 739,5 toneladas de clorhidrato de cocaína.

Ecuador ocupó el segundo lugar, con más de 195 toneladas incautadas en 2023, seguido de Panamá y Brasil, que incautaron 95,7 y 72,3 toneladas, respectivamente.  Brasil sigue siendo el punto de tránsito más importante de la costa atlántica de América Latina, ya que incauta más cocaína que Argentina, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela juntos. Estas naciones se encuentran en las fronteras de los países productores y sirven como los principales pasos de tránsito para el tráfico de drogas con dirección a Europa y Estados Unidos.

Narcotráfico es violencia

Los grupos de narcotraficantes compiten por rutas de tráfico estratégicas: Ecuador superó todos los índices de violencia en 2023 y la tasa de homicidios aumentó en Costa Rica un 41% en medio de una lucha constante por controlar el tráfico de cocaína a través de sus puertos.

Sin embargo, en lugares como Bolivia y Perú, donde se cultiva gran parte de la hoja de coca del mundo, las autoridades incautaron más cocaína el año pasado que en 2022 pero los homicidios se mantuvieron bajos.

Nuevas rutas marítimas de tráfico de drogas

Durante 2024, una ruta de tráfico de droga (especialmente clorhidrato de cocaína), se ha convertido en la vía de expansión de las organizaciones criminales transnacionales que buscan un recorrido desde los países productores (Colombia y Perú principalmente) hasta Europa. La ruta en cuestión transita por los países del Cono Sur por vía aérea, terrestre (Colombia, Perú, Bolivia, Brasil y Venezuela), o fluvial (a través de la hidrovía del Paraná que involucra a Paraguay, Uruguay y Argentina) y atraviesa el Atlántico sur desde los puertos de Brasil y Argentina principalmente, hacia los países africanos del Golfo de Guinea y norte de África (como Marruecos, Nigeria, Liberia, o Senegal, entre otros).

Con este contexto, las organizaciones criminales europeas, latinoamericanas y africanas se mueven de forma coordinada a un bajo coste operativo y logístico. Paulatinamente se intensifica la presencia de las organizaciones europeas en territorio latinoamericano, y de igual manera, los grupos criminales latinoamericanos cruzan el Atlántico para hacer presencia en África y facilitar las necesidades logísticas, de almacenamiento y de transporte en el continente africano para el tránsito de la mercancía ilícita hacia Europa. Todo esto ocurre con un perfil bajo de visibilidad y poca competencia territorial, lo que está fortaleciendo la cooperación trasnacional entre bandas criminales y la llegada de cargamentos de droga a su destino final, Europa.

En esta realidad de innovación continua en los movimientos territoriales, de rutas que buscan eludir los controles por tierra, mar y aire; de articulaciones y alianzas entre países de diferentes continentes; y de entramados complejos en los puertos de salida en el Atlántico y el Pacífico, el proyecto europeo SEACOP desarrolla sus estrategias para identificar los movimientos de las redes de contrabando marítimo internacional, frustrar la consolidación de las redes delictivas, e impedir que los cargamentos de droga lleguen a su destino final.

Inteligencia marítima, incautación y cooperación: claves del éxito

Una de las estrategias más exitosas y sostenibles del proyecto se fundamenta en dejar capacidad instalada en los países socios en torno a tres temáticas que deben desarrollarse conjuntamente para el logro de los objetivos: inteligencia marítima y fluvial, técnicas de incautación, y formación de redes internacionales de cooperación.

Durante el primer semestre del año hemos hecho formaciones de inteligencia en varios países en los que está presente el proyecto. En el segundo semestre estamos trabajando en formación en técnicas de incautación y hemos definido dos estrategias de inteligencia trasnacional que involucran tanto a países de América Latina como a países africanos como Senegal.

Fruto de este trabajo de formación y trabajo en red simultáneo se han definido dos estrategias que combinan formación y coordinación de operaciones trasnacionales con apoyo de especialistas de la Policía Nacional de España. Estas estrategias se denominan Grupos de Respuesta Especial (GRES), teniendo GRES Atlántico Sur y GRES Puertos, que involucran respectivamente a los países socios de SEACOP de la ruta sur y la ruta norte del tráfico marítimo y fluvial de droga.

Grupos de Respuesta Especial

El operativo GRES SUR fue lanzado durante el pasado mes de mayo en Paraguay con presencia de los otros países que componen el grupo (Argentina, Brasil y Uruguay), mientras que a mediados de octubre se lanzará el GRES Puertos en Colombia con presencia de Perú, Ecuador y República Dominicana, invitando también a otros países fundamentales en la región como Panamá o Costa Rica.

En sus primeros meses de funcionamiento el GRES SUR ha llevado a cabo operaciones en puertos marítimos y deportivos estratégicos, como Santos, Montevideo, Río de la Plata, Dakar y Asunción que han desembocado en incautaciones tanto de droga como de dinero del narcotráfico.

Se han inspeccionado contenedores marítimos, buques de carga y embarcaciones de recreo, lo que ha permitido llevar a cabo incautaciones de cocaína en Paraguay, Argentina y Brasil. También se ha incautado droga un buque que zarpó de Senegal con rumbo a Argentina y se ha detenido a diez personas presuntamente implicadas en este tráfico.

Estos resultados han sido posibles gracias a un esfuerzo coordinado de intercambio de información marítimo-fluvial y de realización de operaciones conjuntas. Los Centros de Coordinación Operativa de Argentina y Senegal han sido claves para evitar filtraciones de información y para la articulación internacional.

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