Cooperación ante desastres naturales y causados por el ser humano

Mejorar la prevención y la respuesta ante desastres tanto naturales como causados por el ser humano. Con este objetivo y el de afrontar de forma coordinada crisis que sobrepasan las fronteras, los directores de las Escuelas de Protección Civil de los países del Mediterráneo (Argelia, Marruecos, Túnez, Egipto, Israel, Jordania, Líbano y Territorio Palestino) se han reunido en Madrid en un encuentro organizado por el proyecto de cooperación que financia la Unión Europea sobre prevención, preparación y respuesta ante desastres. Además de los países mencionados, en el evento también han estado presentes los países europeos participantes en este proyecto: España, Francia e Italia.  

El encuentro ha permitido el estrechamiento de los lazos y la colaboración entre las escuelas nacionales, así como intercambiar experiencias. En este sentido, los participantes han tenido la oportunidad de visitar, con el apoyo de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, las instalaciones de la Escuela Nacional de Protección Civil española, así como el servicio 112 de la Comunidad de Madrid y el SAMUR (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate y Protección Civil del Ayuntamiento de Madrid.  

Este proyecto, iniciado en 2018, se implementa en 8 países de Oriente Próximo y norte de África con la colaboración de las Direcciones Generales de Protección Civil de España, Italia y Francia, siendo la agencia francesa Expertise France la coordinadora y 

contando con la FIIAPP y CIVIPOL como colaboradoras. El objetivo es fortalecer las capacidades nacionales para reforzar la resiliencia frente a todos los peligros y amenazas mediante actividades formativas, asesoramiento legislativo, operacional e institucional, así como apoyar los marcos de cooperación transfronteriza.  

Esta acción responde a las necesidades de los servicios de protección civil cuya intervención se da en un contexto cada vez más complejo y condicionado por múltiples factores geopolíticos y socioeconómicos además de los naturales (inundaciones, incendios, sequías, etc.). Todo ello marcado por la pandemia, que supone una dificultad añadida a la gestión de los desastres. 

La cooperación es uno de los elementos esenciales de este proyecto, no sólo a nivel de países participantes, sino también con otras iniciativas en las regiones de intervención de manera que se generen sinergias y complementariedades que incidan en un mayor impacto y sostenibilidad. Asimismo, el enfoque basado en necesidades y demandas de cada país socio ha permitido adaptar las actividades a estas y no a la inversa, creando de esta manera una apropiación de los conocimientos y herramientas. Es por todo ello que, aunque el proyecto esté llegando a su fase final, los países han sembrado buenas semillas en sus sistemas de prevención y respuesta ante desastres.